Señor Director:
Julio Retamal Favereau me excomulga. Me hace compartir solidariamente la realidad de las personas divorciadas vueltas a casar que se sienten excomulgadas por su Iglesia. Jaime Antúnez me tilda de idealista ilustrado. No soy idealista. Me interesa ver la realidad. José Joaquín Ugarte me recuerda el derecho natural. Pero la ley natural sirve poco para ver la realidad. Jorge Peña apuesta por la Humanae Vitae a costa de la realidad de la culpa de una infinidad de católicos. A ninguno parece llamarle la atención que cinco conferencias episcopales declaren que hay un problema con la recepción de la doctrina de esta encíclica por parte de la inmensa mayoría de los católicos que realizan una planificación familiar con métodos artificiales, y no naturales, de control de natalidad.
Trataré de explicarme con más claridad. El Papa Francisco ha consultado directamente con los católicos sobre la realidad de sus familias, acerca de cómo entienden la sexualidad y cómo les ayuda, o no les ayuda, la doctrina de la Iglesia. La tarea dada por Francisco no es defender la doctrina, sino formarse un juicio acerca de lo que realmente está ocurriendo con las personas. El deber del Papa y del colegio episcopal es anunciar a las personas la buena noticia del amor de Dios de un modo inteligible. Las personas son fines, las doctrinas son medios; la buena nueva no cambia, la doctrina a veces debe renovarse. Jesús enseñó que "el sábado es para el hombre, y no el hombre para el sábado", a quienes las prescripciones de la época les resultaban vivibles.
Insisto: el problema detectado por los obispos es grave. Ellos, que han oído a sus iglesias, sostienen que una cosa es la enseñanza del magisterio, y otra distinta, lo que el pueblo de Dios practica. El siguiente es el diagnóstico del Instrumentum Laboris elaborado por el comité que prepara un primer sínodo (octubre de 2014) tras haber recabado las respuestas de los informes de todas las iglesias del mundo, incluida la chilena: "Existe una distancia preocupante entre la familia en las formas como se la conoce hoy y la enseñanza de la Iglesia al respecto. La familia se encuentra objetivamente en un momento muy difícil, con realidades, historias y sufrimientos complejos, que requieren una mirada compasiva y comprensiva. Esta mirada es lo que permite a la Iglesia acompañar a las familias como son en la realidad y a partir de aquí anunciar el Evangelio de la familia según su necesidades específicas (31)".
El Papa ha preguntado por la realidad de lo que ocurre con la familia. Se le agradece que se haya abierto un espacio de opinión sobre moral sexual y familiar. Es una oportunidad para que los cristianos y cualquiera que tenga algo que decir aún se expresen. Si el Evangelio no es para todos, no es para nadie.
Jorge Costadoat S.J.