Señor Director:
En su
columna del domingo pasado, Carlos Peña se refiere a la participación de la Confech en la futura reforma educacional. Al respecto, queremos precisar lo siguiente:
No estamos reclamamos título especial alguno para participar. Nuestro mandato proviene de los miles y miles de personas que durante los últimos años se han manifestado en las calles y en las encuestas apoyando insistentemente la necesidad de establecer un nuevo sistema educacional que garantice la educación como un derecho social.
Tampoco exigimos participación solo para los estudiantes. Queremos que todos los actores sociales de la educación —secundarios, universitarios, profesores, padres y apoderados, académicos, asistentes de la educación—, quienes viven día a día los problemas que genera el actual sistema y la ciudadanía en general, participen activamente en el diseño del nuevo sistema.
Hablamos de participación vinculante porque solo así es real. Cuando la participación se limita a una simple consulta nada nos garantiza que no se impondrán las voces de aquellos técnicos o expertos que creen saber más por los títulos que han obtenido en prestigiosas universidades, pero que no pueden definir, tal como el mismo Carlos Peña admite, hacia dónde tiene que avanzar un país en educación.
Las democracias modernas requieren mayores niveles de participación efectiva de los ciudadanos en las decisiones que afectan sus vidas. Ya no basta con ejercer el voto cada cuatro años o ser consultados en las encuestas. A nivel local, cada vez más las personas exigen ser consideradas realmente en la construcción del espacio en que habitan. Lo mismo ocurre a nivel nacional, donde ese país que llamamos Chile no debe ser construido solo por unos cuantos líderes asesorados por expertos, sino por el conjunto de los chilenos para que realmente sea una comunidad con un verdadero sentido colectivo y no una suma de individualidades.
Naschla AburmanPresidenta de la FEUC y vocera de la Confech