Señor Director:
En su
carta del día de ayer, Waissbluth deja en claro que hay que medir para mejorar. Esta es una de las premisas en las que se basa el nuevo modelo de la educación escolar. En este, la evaluación no es un fin en sí mismo, sino que es un medio para identificar debilidades, y a partir de ellas apoyar a los establecimientos. La mayor novedad del sistema es equilibrar la necesaria autonomía de los establecimientos con un marco regulatorio que garantice que tras 12 años de estudio no egresen de la educación media alumnos incapaces de enfrentar el mundo, carentes de las competencias mínimas. Ello es injusto e inmoral si existen recursos públicos involucrados.
Sin embargo, se equivoca al calificar de "barbaridad aplicar Simce censal" y al proponer una evaluación muestral. Eso sí es romper el termómetro. ¿Cómo podrá informarse una familia si el establecimiento al que asisten sus hijos les está abriendo o cerrando oportunidades? ¿Cómo podrá el Ministerio de Educación definir en qué establecimientos focalizar su apoyo? Lo mismo ocurre con el director de cada establecimiento del país y sus profesores. Ellos necesitan tener información objetiva sobre el desempeño de sus alumnos que les sirva como herramienta de gestión y mejora de sus prácticas pedagógicas. En todos estos ámbitos, la Agencia de Calidad y el Mineduc ya están trabajando.
Respecto de lo que propone el autor sobre cambios legales y pasos al costado de autoridades que fueron designadas de acuerdo al Sistema de Alta Dirección Pública, no merecen mayores comentarios. Es importante no olvidar que el Sistema de Aseguramiento de la Calidad no es una idea improvisada, decisión de unos pocos, sino que fruto de un largo debate respecto de cómo mejorar la calidad y equidad de la educación. La reflexión comenzó en 2006 con la Comisión Asesora Presidencial convocada por Michelle Bachelet, se instituyó con un acuerdo nacional en la Ley General de Educación bajo su mandato, y continuó con la promulgación e implementación del Sistema de Aseguramiento de la Calidad durante el actual gobierno. Ello significó el logro de un consenso serio y profundo de cientos de técnicos, expertos en el tema y del Congreso.
Sebastián Izquierdo RamírezSecretario Ejecutivo Agencia de Calidad de la Educación