Señor Director:
Respecto de la Reforma Agraria, iniciada en Chile hace 50 años e interrumpida en septiembre de 1973,
el editorial de "El Mercurio" señala que sus tres objetivos no fueron logrados: "mejorar la productividad, y por ende, la producción agrícola; atenuar la desigualdad de ingresos; y neutralizar un sector político o 'grupo de poder o influencia' que constituía un obstáculo a la 'democratización' del país".
Si bien hay variadas interpretaciones de lo ocurrido, es limitado valorar las consecuencias del cambio estructural en el agro chileno solo por sus efectos en el período 1967-1973. Las grandes transformaciones se evalúan en tiempos mucho más largos. A 50 años de su comienzo con Alessandri y la entrega de tierras por parte de la Iglesia Católica a los trabajadores, se puede afirmar que la reforma agraria sí cumplió sus objetivos.
Primero, el fin del latifundio permitió que campesinos y gente de las ciudades fueran dueños de la tierra, trayendo innovación y tecnología que permite a Chile aspirar a ser una potencia agroalimentaria y forestal.
Segundo, se terminó con el inquilinaje, dando dignidad al campesinado y permitiendo la entrada del Estado con escuelas y atención de salud. Los descendientes de aquellos inquilinos son hoy profesionales, técnicos y trabajadores calificados de la tierra, y reciben sueldos significativamente mayores que los de sus antepasados.
Tercero, nuestra sociedad ya no depende de la conservadora aristocracia terrateniente, como fue hasta mediados del siglo XX. El poder se comparte con otros estamentos propios de una sociedad moderna. No cabe duda de que la democracia se ha fortalecido en la diversidad y, sobre todo, en la ruralidad.
Si bien nunca se menciona, entre 1964 y 1970 se sentaron las bases de la actual institucionalidad agraria y que tiene reconocimiento mundial: por ejemplo, la Conaf, el SAG y el Indap.
Como hijo de Hugo Trivelli, ministro de Agricultura de E. Frei Montalva, doy testimonio de que su motivación para la gran transformación del agro chileno fue que esta se realizara en paz, en el amparo de la ley y en beneficio de nuestros compatriotas que en pleno siglo XX vivían bajo un sistema feudal.
Marcelo Trivelli Oyarzún