Señor Director:
En el editorial del jueves, titulado
"Inversión extranjera y dinamismo en la agricultura", se llega a una conclusión sobre el proceso de Reforma Agraria de los años 60 y 70 que no se condice con lo realmente ocurrido. En efecto, en dicho editorial se dice que "la distribución de la tierra no tuvo los efectos esperados en cuanto a producción agrícola, y la información disponible más bien da cuenta de un retroceso en ella".
Esta conclusión es efectiva para el período 1970-73, pero es totalmente errónea para el período 1964-70. En efecto, en este período, no obstante que se expropiaron 3,6 millones de hectáreas mayormente en el valle central y terrenos de riego y, a la vez, se desarrolló un proceso de sindicalización campesina que en seis años logró sindicalizar al 50% de los obreros agrícolas, tasa muy superior a la del sector urbano a esa fecha, el sector creció mucho más de lo que venía ocurriendo antes, no obstante haber tenido que enfrentar dos años de fuerte sequía.
Ello porque junto con este accionar de cambio social radical, se implementaron políticas de desarrollo productivo que significaron revertir la tendencia de bajo crecimiento que traía el sector, fruto de la política de sustitución de importaciones que se había implementado luego de la crisis de los años 30.
A la vez, en este período se echaron las bases del sector silvoagropecuario moderno. En efecto, mediante una coordinada acción entre el Minagri y Corfo, se desarrolló el plan frutícola y vitivinícola en el Valle Central, se desarrolló el Plan Ganadero Sur, que trasladó la producción lechera y ganadera a las Regiones IX y X principalmente, siguiendo el modelo neozelandés; se comenzó a desarrollar la industria forestal mediante la creación de una planta de celulosa estatal que competiría con la única planta privada que existía, que era la CMPC, y se implementó una serie de convenios de forestación con los propietarios de terrenos con potencialidad forestal.
Se estimuló la producción avícola y porcina en conjunto con acciones para promover el consumo de estos productos en sustitución de la carne vacuna, se creó la Empresa Nacional de Semillas (ENDS) para comercializar las semillas que luego se exportarían, y se crearon varias empresas públicas para procesar o comercializar los productos que se estaban promoviendo.
Por último, en la XII Región se incorporaron 12 mil vaquillas de carne para desarrollar la producción de carne vacuna junto con la ovina de esa región. El efecto de todas estas acciones fue que el sector vio crecer su producción al 4,8% anual, versus el 1,8-2% a que venía creciendo anteriormente. Esta es sin duda una experiencia casi única a nivel mundial en que se combinó un fuerte cambio social en el sector con una dinamización productiva y echar las bases del futuro desarrollo productivo que aún presenciamos. Ello fue fruto de la gran visión estratégica del ministro de Agricultura de ese período, don Hugo Trivelli, quien siempre defendió la institucionalidad jurídica habiendo declarado que "fundo tomado será fundo no expropiado", con lo cual evitó la violencia que normalmente ocurría en los procesos de reforma agraria.
Maximiliano Cox