Señor Director:
La directora del Instituto de DD.HH., Lorena Fries,
justifica y defiende el permiso otorgado por Gendarmería para la realización de una masiva ceremonia en la cárcel por parte del único imputado en el asesinato del matrimonio Luchsinger-MacKay.
No discutimos que el Estado debe respetar los derechos fundamentales de toda persona, incluso los de los imputados o condenados por delitos sin importar su gravedad. El problema es otro. Quienes hemos sufrido y seguimos sufriendo a diario la violencia de grupos terroristas que se escudan en la causa mapuche para dispararles a niños, para quemar casas de personas humildes, para asesinar, violar y que pretenden expulsar por el terror a chilenos de una parte de nuestro país, no podemos comprender ni aceptar que los imputados y condenados por esos delitos tengan privilegios que no se dan a otros presos.
Esos privilegios son un nuevo dolor para las víctimas: cuando el Estado discrimina positivamente al imputado, por más que este goce de la presunción de inocencia, está revictimizando al que sufrió el delito y a sus familiares. Respetamos el interés de la señora Fries por velar por los DD.HH., pero este respeto se tiene que dar en un contexto de justicia y de igualdad ante la ley. No hay respeto a los derechos humanos sin justicia, y no hay justicia si el Estado actúa con debilidad ante quienes deben ser tratados con el rigor que la ley impone a toda persona.
Las víctimas de la violencia terrorista hubiéramos querido que el Instituto de DD.HH. alguna vez se hubiera acercado a nosotros y mostrado preocupación por el dolor de las familias que han perdido seres queridos, que han sufrido violencia física, psicológica, sexual. Que alguna vez hubiera manifestado interés por los niños que tienen que ir a estudiar con protección policial. No es necesario que la señora Fries nos dé la explicación técnica sobre la naturaleza jurídica de lo que se entiende por DD.HH., conocemos esa explicación, pero no entendemos que se pueda ser paladín de los DD.HH. y al mismo tiempo no tener el menor interés por los derechos y el sufrimiento de aquellos que han padecido la violencia terrorista.
Alejo Apraiz C.Presidente Asoc. de Víctimas de Violencia Rural