Señor Director:
No compartimos los términos de la
editorial de "El Mercurio" que señala la evidencia de importantes errores en las elecciones pasadas que afectarían la credibilidad del Servicio Electoral.
El Servel implementó con éxito el proceso de inscripción automática y por primera vez más de cinco millones de chilenos quedaron inscritos y pudieron votar. El registro de electores aumentó así en un 63%. Nadie ha reclamado que teniendo derecho no haya podido votar en las elecciones, y todos pudieron encontrar fácilmente su mesa de votación consultando en el sitio de internet que atendió 12 millones de consultas. Las nueve mil mesas nuevas atendidas por electores inexpertos que nunca habían votado funcionaron bastante bien, con pocos errores a pesar de la inexperiencia de los vocales.
El problema de presuntos fallecidos en los registros electorales no es un error, es una dificultad del Estado, que no cuenta con la información de las defunciones de los chilenos que se radican y fallecen en el extranjero, como también el hecho de que los certificados de defunción anteriores a 1984 carecen de RUN y, por tanto, es difícil asignarlos a un registro de nacimiento, ya que los nombres coinciden con las partidas de varias personas.
Los fallecidos no pueden votar, y para asegurarlo hay control de identidad, en las mesas de votación, con el carné de identidad; además, los vocales pueden recurrir a peritos del Registro Civil siempre presentes en los mismos locales.
Los escrutinios preliminares del Ministerio del Interior estuvieron correctos y no difieren porcentualmente en nada significativo a nivel de listas, partidos y subpactos, de los resultados finales determinados por los tribunales electorales. Los colegios escrutadores revisaron al día siguiente a la elección casi la totalidad de las mesas, con presencia de los partidos políticos, como en todas las elecciones anteriores. Cabe recordar que existieron denuncias irresponsables de dirigentes políticos sobre pérdidas de votos, cuando el mismo día los apoderados de los propios partidos políticos en los colegios escrutadores suscribían las actas con todas las mesas escrutadas.
Los resultados estrechos fueron resueltos por los tribunales electorales con apego a nuestra institucionalidad legal en la materia, al igual que lo fueron en todas las elecciones anteriores. La diferencia solo estuvo en una mayor presencia mediática.
Con todo, los procesos son siempre perfectibles. El Gobierno ha sido proactivo en convocar a todos los actores, recibir sus opiniones, buscar los consensos y generar las iniciativas que perfeccionen el sistema.
Andrés Tagle DomínguezAsesor Electoral
Ministerio Secretaria General de la Presidencia