Señor Director:
El señor Álvaro Fischer,
en carta a "El Mercurio", señala que el ministro Beyer ha mostrado "notable cuidado de deberes" frente a la U. del Mar y el lucro en educación superior. Pero montar un espectáculo para fingir que se hace un trabajo no significa efectivamente hacerlo.
Beyer logró lo que parecía imposible: dejar a los estudiantes de la U. del Mar aún peor que como estaban en 2012, subiendo su deuda y manteniendo su incertidumbre. Prometió reubicar a la mayoría de ellos antes de marzo y hoy solo una sexta parte lo ha sido, mientras la encargada del proceso renunció hace pocas semanas.
Los "convenios de reubicación" con instituciones eran meros acuerdos verbales sin respaldo legal. Y aseguran que la universidad funcionará hasta 2015, pero la realidad son sueldos impagos y una declaración de quiebra extraña para una entidad que "no lucra".
El gran problema para Beyer es su constante elusión del problema del lucro. El CNED lo denunció en la U. del Mar y el Mineduc lo omitió. El proyecto de Superintendencia ha sido transversalmente criticado por no impedir realmente el lucro, incluso por el director del CEP, Arturo Fontaine. Y hoy, cuando el Gobierno defiende al ministro, señala que ha sido el único que en 20 años ha fiscalizado el lucro. ¿Por qué insistir en que no hay universidades que lucran?
Sobre la alusión del señor Fischer a mis estudios de ingeniería: en primer año trabajamos con escenarios "ideales"; pero al implementar y construir, lo hacemos con las condiciones reales, de lo contrario los edificios se derrumban. Algo similar pasa en este caso con la condición de que no haya "transferencia prohibida de riqueza": es cómodo imaginar esa situación ideal, pero las condiciones reales son otras. Todo Chile ha sido testigo de que existen empresas relacionadas y los dueños de las universidades se enriquecen mediante ellas, y aquí lo que se derrumba es el futuro de sus estudiantes.
Finalmente, es expresivo que el Gobierno solo apueste a "jugar al empate" con la Concertación, bloque que en menos de un día mostró su temor a esta acusación. Por cierto, no está en su ADN el combatirlo, y los únicos que lo hemos puesto sobre el tapete somos los estudiantes.
La acusación debe ser aprobada para que quede el precedente de que ningún ministro puede hacer la vista gorda al lucro como ha hecho Beyer y seguir en su cargo.
Andrés FielbaumPresidente de la FECh