Señor Director:
En su
carta del jueves 31 de enero, el señor Daniel Fernández, vicepresidente ejecutivo de HidroAysén, nos hace ver algunos de los problemas que tiene la Energía Renovable No Convencional (ERNC); en lo principal, su intermitencia y bajos factores de planta, y por lo tanto la necesidad de respaldar con centrales térmicas. Pero no menciona que las centrales de HidroAysén presentarían un problema similar si algún día entraran en operación.
Efectivamente, el factor de planta de esas centrales es de alrededor de 70 %, por lo que, si ese promedio se logra sumando períodos en que estas operan al 100%, habrá períodos que estas operen sólo al 40%. ¿Cómo se respaldaría esa deficiencia energética? ¿Y qué pasaría si por alguna razón se interrumpe la transmisión y 2.750 MW salen del sistema en forma instantánea; además de los trastornos que esto puede causar en todo el sistema eléctrico del país, cómo se respaldaría esa falta de energía?
Elocuente en este sentido ha sido la operación de las centrales Ralco y Pangue. En 2012, en promedio estas operaron a menos del 60 % de su capacidad y en abril operaron al 35% de su capacidad, la que obviamente debió ser respaldado con fuentes térmicas.
Chile tiene prácticamente capacidad energética infinita en ERNC y ese es el futuro. En la medida en que avancemos en su desarrollo, se aumente su eficiencia y se implementen sistemas de almacenamiento de energía, la generación térmica irá disminuyendo, quedando las plantas existentes como respaldo en caso de emergencias.
Hernán Echaurren Vial