
Nació en Viña del Mar (1967) y durante diez años ejerció como abogada en temas ligados a la familia y la adopción. Sin embargo, en 2007 retomó una afición infantil, la escritura. Participó en los talleres de Ana María Güiraldes para luego iniciarse en la literatura juvenil con la novela “Colombina y el pez azul” (2008), obra que ganó el Premio Municipal de Literatura. Despúes publicó “La voz de las cigarras” y “La tierra hundida”, ambas ganadoras de la Medalla Colibrí, premio otorgado por IBBY Chile (Organización Internacional para el Libro Juvenil). El año pasado debutó en la novela adulta con “En caso de que no vivas para siempre”, y próximamente saldrá a la venta en librerías “El fantasma y yo”.
-¿Qué libro cambió su
vida?
"Cumbres borrascosas". No diría que cambió mi vida, pero lo leí a los 12 años y no he olvidado la mezcla de terror y fascinación que me produjo.
-¿Cuál fue el último gran libro que leyó?
En realidad fue una relectura. "Vía Revolucionaria" de Richard Yates.
-¿Cuál es el libro que más ha regalado?
Los dos. Hay muchos clásicos que no he leído y otros que me encanta releer. Las novedades, por otro lado, te dan la oportunidad de conocer a nuevos escritores y a algunos viejos que por fin se editan en español.
-¿Prefiere la ficción o la no ficción?
Cada día me gusta más la no ficción, y con eso me refiero a ensayos sobre temas que me interesan y biografías sobre todo, de escritores. La ficción me encanta, pero por el hecho de escribir yo misma ficción, estoy todo el tiempo mirando las costuras del libro, lo cual a veces le quita un poco de magia a la lectura.
A Jo March, de "Mujercitas".
"La campana de cristal" de Sylvia
Plath.
Me ha enseñado a escribir, desde luego, pero fundamentalmente me ha hecho sentir acompañada. Los libros han sido un placer y un refugio en distintos momentos de mi vida.
"El cuaderno dorado" de Doris Lessing.