En su novela más reciente, Isabel Allende imagina cómo pudo ser la vida de su madre y también se reconocen muchos elementos de su propia biografía. Todo en el contexto de un siglo que ella caracteriza como cien años de violencia. Violeta nace durante una noche de tormenta en 1920, en un país que no se nombra, pero que se parece mucho a Chile y donde la llamada "gripe española" ya ha cobrado numerosas víctimas. Entre ellas, la comadrona que debería encargarse del parto; la tarea es asumida por Pilar y Pía, quienes antes ya han ayudado a su hermana, María Gracia, a traer al mundo y criar a otros cinco hijos de su matrimonio con Arsenio del Valle. Más adelante, el carácter caprichoso de la niña deberá ser moldeado por una institutriz traída de Inglaterra, que no se apartará nunca de su vida. La historia, que recorre todo el siglo XX y culmina en 2020, está narrada como una larga carta a Camilo del Valle, personaje inspirado en el sacerdote Felipe Berríos.

Este es el segundo libro que Allende publica en pandemia. Si en Mujeres del alma mía quiso hablar de las demandas y luchas feministas a través de un ensayo, ahora recurre a la ficción para encarnar esas reivindicaciones en una mujer en particular./ María Teresa Cárdenas.