La escritora francesa Laetitia Colombani, autora de la exitosa novela La trenza, regresa con Las vencedoras, una historia que gira en torno a un grupo de mujeres de diversas edades, circunstancias y situaciones. Solene, una abogada de carrera brillante, de unos 40 años, ve como un cliente, al cual ha ayudado a ganar en tribunales, se suicida justo después del juicio. Consternada por la noticia, decide parar y observarse a sí misma y su vida, llena de trabajo y poco amor. Se propone entonces un ejercicio de apertura hacia realidades muy diferentes a la suya y empieza a visitar el Palacio de las Mujeres, un refugio que recibe solo a mujeres, ya sea migrantes o empobrecidas, sin familia, sin amigos. Solene llega allí para hacer un voluntariado de escribiente público, es decir, de sentarse humildemente en el salón principal con su computadora esperando que alguna de las habitantes del palacio le pida su ayuda. La palabra escrita es la vía por la cual la protagonista va conociendo a estas mujeres de vida tan difícil, las que le muestran cuán importante es vincularse con el prójimo.

Colombani no se queda solo con ese contraste. En paralelo a las visicitudes de Solene, la autora relata la verdadera historia del Palacio de las Mujeres, fundado en 1925: tratando de ayudar a las mujeres pobres y en problemas de su tiempo, Blanche Peyron, miembro del Ejército de Salvación, encontró este edificio enorme e imponente y se empecinó en obtener la ayuda para comprarlo e instalar allí un refugio femenino, que existe hasta hoy en París. Peyron es toda voluntad y convicción, y Colombani hace un justo reconocimiento a esta mujer olvidada en las páginas de la solidaridad. 

Louis Bromfield (1896-1956), comparado en su momento con sus compañeros de generación John Steinbeck y Francis Scott Fitzgerald, tiene una interesante novela llamada Que pasó con Ana Bolton. Es la historia de una mujer frívola que en la experiencia de la Segunda Guerra Mundial encuentra el verdadero sentido a la vida. Bien escrita y profunda, complementa la mirada de Colombani./ Soledad Ramírez