Como representante de las derechas, me preguntan por quién votar. Como abogado, lo primero que hago es revelar mi conflicto de interés, yo voto por la Evelyn, y como liberal les digo que deben informarse y tomar su propia decisión, a lo cual me responden, “pero ya po', ¿díganos cómo la ve?”.
Por eso acá le cuento cómo la veo. Esta vez llevamos tres candidatos que suman más del 50%. Gracias a que existe segunda vuelta, es menos probable que nos farreemos la elección, como la derecha ha hecho en otras ocasiones. Sin embargo, pienso que con Kaiser en segunda existe ese riesgo que con los otros dos no.
Bachelet, en su discurso de triunfo, decía que cuando la izquierda gana, la derecha tiembla. Yo quiero decirles que nadie debe temblar con ninguno de los tres, salvo los terroristas y delincuentes, el resto es bienvenido a pensar y creer lo que quiera. En el país de los tres cabemos todos, la democracia no está en riesgo, la separación de poderes tampoco y el respeto por las libertades personales menos. A nadie lo van a cancelar por lo que diga o piense, pero sí lo van a meter preso por lo que haga si infringe la ley.
Entre los tres hay que distinguir la dupla Kast-Matthei, que se inserta —con matices— en la vieja disputa en la derecha entre conservadores y liberales. Kast representa al mundo conservador rural de la derecha chilena, que se aggiornó en el pasado con lo que se denominó la UDI popular, esa íntima conexión con lo social que une al conservadurismo chileno con el pueblo y su tierra. Pero ese conservadurismo gracias a Jaime Guzmán se ligó al liberalismo económico de Chicago y eso forma el Kastismo: Tradición-Campo-Pueblo-Chicago.
Evelyn es distinta, es una mujer que se inserta en la tradición más liberal de la derecha. Una derecha urbana, moderna, que conecta bien con las clases medias emergentes, con el feminismo moderado, con un cosmopolitismo del siglo XXI, donde terminamos con ese aislacionismo que nuestra geografía nos imponía y que nos integra al mundo y que tiene la virtud que se aviene bien con la ex-Concertación, esa izquierda democrática que aprendió economía. Hay algo churchilliano en Matthei, la combinación de economía liberal con protección social. Así doña Evelyn puede resumirse como Urbana-Moderna-Liberal-Transversal.
Por supuesto estas descripciones no son absolutas, existe mucha gente vulnerable o rural que apoya a la Evelyn porque ella es muy conocida, querida y con gran llegada en ese mundo. Lo mismo respecto de Kast, yo he notado apoyo en los jóvenes citadinos, particularmente hombres que están aburridos con que se confunda machismo con hombría, que los frustra la falta de oportunidades laborales, la carestía de las viviendas, y el largo etcétera de los problemas creados por la izquierda troglodita que nos gobierna.
Lo novedoso entonces en este panorama es la irrupción de Kaiser, que es una amalgama de Bukele con Milei, pero en versión lederhosen. Kaiser representa el descontento, esos que no están ni ahí, que quieren orden y que no los jodan. Antes votaron por ME-O o Parisi, y ahora van por Johannes. Es inteligente, valiente y habla con el desenfado y la libertad de quien no tiene que representar a nadie más que a sí mismo. Kaiser es un libertario que quiere que la gente se las ingenie con su propio esfuerzo y trabajo, que el Estado se mantenga fuera de la billetera y la cama de todas las personas; considera que todo impuesto es una expropiación, que los políticos en su gran mayoría son unos parásitos; que los militares nos salvaron del comunismo y la pobreza y que a los malos no hay que rehabilitarlos, sino que castigarlos. Kaiser es la razón por la cual los romanos temían a los germanos. Su resumen sería: Decidido-Teutón-Libertario.
Pero lo más importante para los que pierdan es que hay que aprenderle a Piñera, y el día después, sin rencores, poner la unidad por sobre la vanidad y apretar los dientes para apoyar a cualquiera de los tres que gane. Ahora bien, yo voto por Matthei, porque la presidencia es una empresa institucional que requiere equipos, partidos y cobertura territorial y ella los tiene. Ella cree en cambios profundos en materia de seguridad, educación, salud y economía, pero para que estos sean sostenibles en el tiempo deben nacer de acuerdos transversales que ella puede construir, porque lidera una coalición del centro a la derecha. Y si esto no bastara: porque ella es la que le gana lejos al comunismo en segunda vuelta y ya estoy viejo para pasar sustos innecesarios.