El símil de la política con el mercado está más vivo que nunca. La batalla por el Congreso será cada vez más intensa. Y todo orquestado por 22 partidos, cinco pactos y muchas negociaciones. Por ahora, tenemos 650 postulantes para 155 escaños en la Cámara y 23 en el Senado.
Con mucha facilidad Elisa Loncon se cambió del Frente Amplio al PC para obtener un cupo al Congreso. ¿Será otro ejemplo del triunfo del Comunismo Amplio sobre el Frente Amplio? La diputada Carmen Hertz (PC) también desea saltar de la Cámara Baja a la Alta. Aunque ambas candidatas al Senado quisieron eliminarlo, ahora aspiran a mejorarlo. El diputado del Partido Demócrata, Miguel Ángel Calisto, declaró que su “primera lealtad no es ni con la izquierda ni con la derecha, es con la región”. Esta vez se la jugó por el pacto “Verdes, Regionalistas y Humanistas”. Lo acompañan Jaime Mulet, Jorge Sharp, Tomás Hirsch y Jaime Naranjo. Y el Partido de la Gente, liderado por Franco Parisi, presenta a Pamela Jiles junto al Abuelo por el distrito 12. En medio de este colorido abanico de candidatos, el Partido Republicano estrena a José Antonio Kast Jr., quien competirá, junto a Gino Lorenzini, por el distrito 10. Y entre otras novedades, Pancho Orrego irá por RN y Marlen Olivarí por Evópoli.
Aunque la derecha se farreó la oportunidad de alcanzar una sólida y contundente mayoría, posiblemente logrará ventaja con las listas “Chile Grande y Unido” (RN, UDI, Evópoli y Demócratas) y “Cambio por Chile” (Partido Republicano, Social Cristiano y Nacional Libertario). En el oficialismo, bajo el pacto “Unidad por Chile” (PC, Frente Amplio, PS, PPD, Liberales, DC y radicales), es probable que el PC mejore su representación y que el Frente Amplio la empeore. Y en la oposición, Republicanos avanzaría y Chile Vamos retrocedería.
En las negociaciones parlamentarias la entrada de Jadue al pacto oficialista, contra la voluntad de la candidata Jeannette Jara, fue una señal política clara. El PC no quiere cargar con la presidencia y el resto de las fuerzas de gobierno parece no apostar por ella. Es posible que el abandono de sus propias filas le pase la cuenta. El foco oficialista estará en las parlamentarias, no en la presidencial.
Grandes parlamentarios como Juan Antonio Coloma (UDI), José García Ruminot (RN), Felipe Kast (Evópoli) y Ricardo Lagos Weber (PPD) se despedirán del Senado. Todos ellos participaron en la prominente comisión de Hacienda. Y esa nostalgia se amplifica si recordamos que entre 1998 y 2006 tuvimos a senadores como Alejandro Foxley, Eduardo Frei, Edgardo Boeninger, Evelyn Matthei o Carlos Ominami en esa comisión. ¿Quiénes serán los elegidos para formar la nueva comisión de Hacienda del Senado?
Durante los vapuleados 30 años, Chile tuvo un Congreso excepcional, con muchos políticos con talento, preparación y compromiso con lo público. Escribieron nuestra Historia. Todo eso se acabó. Tras el fin del binominal, sufrimos los embates de la fragmentación que ha marcado el nuevo mercado electoral.
Con todas las plumas desplegadas para las elecciones del 16 de noviembre, la competencia se centrará en la seguridad y la situación económica. Y el foco estará en los indiferentes obligados a votar. Esa masa crítica que representa un tercio del padrón electoral —unos 5 millones de votantes— es más volátil, impulsiva y propensa al instante. Ponen el ojo en el error o en lo negativo, no en los aciertos y lo positivo. Se trata de un voto más viral.
En economía solemos hablar del mercado y la competencia. La maximización de la utilidad define la oferta y la demanda. Todo esto no les debería sorprender a los nostálgicos del oficio de la política que velaba por el futuro de la nación. Bienvenidos a aquello que James Buchanan definió como el public choice, esto es, cada uno mata su piojo.