Daniel Jadue parece estar empeñado en que se confirmen y verifiquen los peores prejuicios y temores en torno a la candidatura de Jeannette Jara. ¿Cómo explicar de otro modo sus recientes declaraciones?:

“… desde una visión marxista —explicó en una de sus más recientes declaraciones— las cárceles no necesariamente son espacios de castigo, sino que son instrumentos de dominación de clase. El Estado burgués usa el aparato penal para disciplinar al proletariado y mantenerlo a raya…”.

El conjunto de lanzas, ladrones de variada índole y criminales, pandilleros, los miembros del Tren de Aragua y los violadores de derechos humanos, que están hoy día en las cárceles, deben haberse sentido reivindicados moralmente al enterarse de que, en realidad, eran víctimas de una justicia de clase diseñada para mantener a raya el proletariado. Ellos no sabían que cuando robaban, mataban, lesionaban o torturaban o hacían desaparecer adversarios, estaban en realidad expresando el descontento del proletariado y que al encarcelarlos el Estado burgués, excusándose en el dolor de las víctimas, los castigaba como una forma de mantener a raya la rebelión latente del proletariado.

Pero quienes deben haber estado más felices y alborozados —y para sus adentros y en silencio para que no se note, deben haber agradecido al exalcalde y aplaudido— son todos quienes, en parte de la derecha, ven en Jeannette Jara a una comunista irredenta cuya sonrisa “estaría llena de cuchillos”. Ella sería una loba con piel de oveja a la que bastaría creerle siquiera por un minuto lo que dice para que entonces comience a asaltar el poder y nos veamos envueltos en la experiencia de la Europa del Este de hace medio siglo o en la de Cuba o de Venezuela. ¿Acaso, se dirá, no es comunista Jeannette Jara? ¿No lo es también Jadue? ¿No se sigue de ahí, se concluirá, que Jara ha de pensar lo mismo de Jadue, solo que no está dispuesta a reconocerlo por mero cálculo electoral, de manera que bien mirado Jadue es sincero y ella, en cambio, embustera y falaz?

Y tienen toda la razón al estar felices y jubilosos porque lo que dijo Jadue, si bien no se corresponde con el marxismo (Marx sería cualquier cosa, pero no un simplista a ese extremo), sí se corresponde con la imagen que de este último se ha divulgado en la esfera pública chilena a propósito de la irrupción de Jara y el temor que ha desatado. De esta manera Jadue, al emitir declaraciones simplistas y gruesas, propias de un manual de alfabetización stalinista, confiere veracidad a las razones que se esgrimen en parte de la derecha para adoptar una actitud anticomunista en la campaña presidencial. Después de todo, y si Jadue hubiera sido fidedigno con lo que piensa un marxista respecto del Estado, si lo que él dijo fuera sin matices lo que un comunista piensa, entonces el anticomunismo no tendría nada de malo y sería apenas una actitud de higiene intelectual, casi un deber. Pero ocurre que como lo sabe cualquier persona culta que no esté dispuesta a divulgar simplezas y decir tonterías, y que se esmere por mantener una actitud intelectualmente equilibrada incluso con aquellos cuyas ideas no comparte, la caracterización ligera y, sin duda, al pasar que hizo Jadue no se corresponde ya no con el marxismo, ni siquiera con la más básica y tonta sociología.

Lo interesante, o más bien lo alarmante de todo esto, no es solo que Jadue en su afán por improvisar diga cosas exageradas y caricaturescas, lo verdaderamente alarmante es que esas cosas que Jadue dice (y otras parecidas a las que se citó más arriba) son en el debate público chileno el reverso de la forma en que se caricaturiza, en parte de la derecha, a una candidatura presidencial por el hecho de que quien la encabeza sea una militante del Partido Comunista.

O sea, la derecha y el PC unidos en el esfuerzo de hacer fracasar a Jara.

Hace mal el exalcalde Jadue al decir lo que dice, sea que lo diga por ser fiel a lo que piensa o a lo que él espera, que no es lo mismo; pero lo peor es que lo que él dijo es lo que creen quienes, en la derecha, adhieren a su inexplicable simplismo a la hora de caracterizar al marxismo y, acto seguido, cifran en el hecho de que Jeannette Jara es militante del Partido Comunista la razón fundamental para oponerse a ella.