Mañana, día electoral en Estados Unidos, posiblemente habrá muy chocantes denuncias de robos de votos, de bloqueos a los votantes, de intervenciones de las diferentes autoridades y de interferencias por inteligencia artificial (IA).
El New Yorker contó el jueves cómo se han ido preparando en Pensilvania, estado clave, previendo atentados físicos y digitales contra votos y votantes… y los encargados de custodiar los votos.
“(…) las amenazas podrían contemplar ciberataques, interferencias extranjeras, o la introducción de actores perversos en los procesos, tales como apoderados electorales o, lo más peligroso, como (falsos) trabajadores”, escriben.
La acción contra ciberataques permanece en esa capa de misterio que cubre el ciberespacio.
El columnista Thomas Friedman, del diario New York Times, se quejó la semana pasada porque no había escuchado a ninguno de los dos candidatos sobre el advenimiento de la era de la IA. “Es como si, justo antes de que irrumpieran los automóviles, la discusión principal fuese sobre los caballos”, escribió.
Igual, recomendó votar por Harris, la única forma de liderar en IA, recordando las terribles decisiones tecnológicas de Trump durante el covid-19 y la experiencia de la vicepresidenta como exfiscal en Silicon Valley.
Para reforzar la importancia de la IA, cita el libro aún en elaboración “Génesis: Inteligencia artificial, esperanza y espíritu humano”, por Craig Mundie, exinvestigador jefe en Microsoft; Eric Schmidt, exmandamás de Google y, hasta que lo sorprendió la muerte, por Henry Kissinger.
Afirman que la humanidad, post-IA, se ha vuelto similar a Dios en su poder, pero sin que haya acuerdo sobre los diez mandamientos. Y peor, si las máquinas podrán tomar decisiones sin el control de esos humanos.
Friedman celebra que el Presidente Biden promulgara el jueves 24 de octubre el primer memorándum sobre IA, que establece límites a las agencias de seguridad (https://shorturl.at/DmTIp). “Refleja nuestros mejores valores”, escribe el columnista.
Cita a Tony Blair y su reciente libro “Con liderazgo. Lecciones del siglo XXI”, que empodera a los gobiernos ante las crecientes demandas con la IA para responder.
En esa línea, el memorándum de Biden explicita: “La IA, empleada en forma apropiada para propósitos deseados, puede ofrecer grandes beneficios (…). Si es mal empleada, podría amenazar nuestra seguridad nacional, ampliar el autoritarismo mundial, minar los procesos e instituciones democráticos, facilitar los abusos a los derechos humanos”.
Por las amenazas de la IA, Europa y China declaran más restricciones que EE.UU.
Y, de triunfar en las elecciones de mañana, Donald Trump ha prometido que suprimirá los límites a la industria de la IA que ha fijado el gobierno actual, “en el día uno”, para así fomentar el desarrollo de la tecnología.
Las restricciones ya establecidas en EE.UU. son menores que en Europa y que en la política de IA en Chile.
A aguardar.