Tenía presupuestado referirme al concepto patriotismo este lunes, en sintonía con el mes que termina, pero el miércoles 18 en este medio leí la buena columna de Mario Fernández, sobre la patria y su significado en varios sentidos. Dudé, mas, igual al final decidí redactar la columna agregando ideas.
Claro, de aquella palabra deriva patriotismo y desde tiempos grecorromanos, en cuanto la patria para ellos aludía a la tierra de los padres, lo que era digno de honra, reconociéndolo territorio de pertenencia: el país fundado por los antepasados en sentido amplio. Así, la virtud del patriotismo comenzó a fraguarse en las familias, extendiéndose a la sociedad a través de vínculos afectivos, históricos y culturales. Un sentimiento fuerte que trasciende el tiempo y enlaza las vivencias de los compatriotas de ayer, de hoy y del futuro.
Corriendo los siglos, el patriotismo auténtico, íntegro —no deformado—, se constituyó en pilar fundamental de la construcción y consolidación del Estado nación, de la república que hoy conocemos. El tema es relevante y consta en una extensa bibliografía mundial. Por su parte, los países desarrollados hacen gala de su patriotismo, en diferentes formas y reiteradamente.
Sintéticamente en nuestro caso, fue con espíritu patrio que en el siglo XIX se obtuvo la independencia y una institucionalidad republicana, y un proceso de expansión productiva que mereció reconocimiento internacional. Se construyó el país, en definitiva, al tanto que, en el siglo siguiente, se consolidaba su realización, implementando un sistema democrático, integrando el territorio y su sociedad. Así fuimos heredando una identidad, una galería de figuras notables, de la política, los cuerpos armados, educación, cultura en general, a quienes rendimos culto en ocasiones, con himnos, emblemas, festividades y monumentos, claro que vandalizados algunos hace poco, con el silencio cómplice de autoridades y grupos. Algo inconcebible.
Mas, el patriotismo debiera ser permanente, a juicio de tratadistas del tema. Porque heredamos de antepasados una identidad y un patrimonio labrado bajo la máxima del bien común. Por eso tenemos responsabilidades, deberes que cumplir con la patria. Los gobernantes en primer lugar, como antaño, ejecutando medidas que garanticen seguridad y estabilidad de vida para la población, educación pública relevante para el segmento vulnerable, con la cual pueda desarrollarse en la vida; un sistema de salud con atenciones oportunas, viviendas, y potenciar el crecimiento económico, progreso y bienestar social en general. También los ciudadanos tenemos que responder, participando de procesos electorales, sabiendo usar nuestra libertad respetando la institucionalidad, obrando conforme a ella, cuidando la naturaleza y demostrando en todo responsabilidad y buenas formas de convivencia cotidiana… No vivimos el patriotismo actualmente. Es importante considerarlo, porque así actuaron antepasados nuestros y lo hicieron, mucho antes, países más maduros y prósperos, razonando: “el futuro de la patria depende de todos…”. De perogrullo.