Por esas sincronías inspiradoras, comenzaba el Congreso Futuro 2024 en el país y, en el cementerio de Concepción, un grupo acongojado despedía al Dr. Juan Armesto, formador de generaciones en la Naturaleza.
Ambos eventos se transmitían por internet.
Seguí el funeral del Dr. Armesto, profesor de las universidades de Concepción, U. Católica y U. de Chile. Cantaban “Let It Be”.
En Santiago, Guido Girardi, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Encuentros del Futuro, calificaba el Congreso Futuro 2024: “Hecho para recuperar la esperanza”.
A pensar el cambio de era que genera la inteligencia artificial (IA).
Hubo comparaciones con la historia después de la imprenta. Advertencias de los riesgos, la concentración de poder en unas pocas entidades como Google. Los peligros, como la automatización de las armas, el control de los sistemas de distribución, las noticias falsas, la amenaza a la democracia, el extractivismo. La urgencia de un acuerdo global para regular la IA. Loas a Chile por consagrar los neuroderechos…
Carla Alegría comentó el jueves: “¡Qué semana! Aún estoy viendo presentaciones del lunes. Extraño ser estudiante y tener más tiempo”. (Buenas noticias, Carla: en https://2024.congresofuturo.cl/programa están todas).
Kate Crawford, australiana, la primera en disertar, pintó el cuadro general, incluyendo los desafíos para Chile. Los chilenos Juan Carlos Jobet y Eduardo Bitran mostraron un país que usa las tecnologías para atenuar el calentamiento global. Vean la presentación del investigador chino en Huawei Cloud, Qi Tian, liderazgo mundial. Y la de Animashree Anandkumar, mi favorita. La IA, un potencial.
Así, el chileno Diego Oyarzún con ciencia de datos desarrolla medicamentos. Abordaron la ética y el derecho los estadounidenses O. Carter Snead y Hank Greely. Matías Gutiérrez y Alex di Genova mostraron ciencia de datos con resultados terapéuticos y demográficos.
El Dr. Pablo Zamora, presidente de Fundación Chile, contrapuso la IA a la natural, “fuente de respuesta inagotable”. Volvamos a contemplar lo primario, las cosas de la naturaleza, sus formas de interactuar, y los milenarios conocimientos que alojan las culturas ancestrales.
Lo siguió el filósofo estadounidense Dale Jamieson, vestido con fibras naturales, habló del clima, el extractivismo y la santidad de la Naturaleza. Recurrió a lo sagrado, a lo que los ancestros han llamado “Madre Tierra”. Para imitar su resiliencia.
Lejos, el Dr. Pablo Marquet recordaba al fallecido Dr. Armesto: “…un científico único, que traspasó los límites disciplinarios de la ecología incursionando en la filosofía y las ciencias sociales. Un gran formador de estudiantes, gran conocedor y defensor de nuestra biodiversidad, que quiso dejarnos un mejor planeta. Que siempre trajo magia a los lugares donde estaba. Se va un gran científico, uno de los grandes científicos chilenos”.
Y el cantor cambió la letra de “Let It Be” a “When I find myself in times of trouble, Mother Nature comes to me” (En tiempos difíciles, la Madre Naturaleza viene a mí).
Estudiaré el Congreso Futuro.