La idea de Dios flotaba el jueves en la atmósfera de la conferencia sobre “Teorías del Todo”, en la Universidad del Desarrollo. También, la idea del no Dios.

“No hay preguntas prohibidas”, planteó el doctor Héctor Velázquez, filósofo, de esa universidad.

Y, en un esfuerzo por organizar las teorías del Todo, Daniel San Martín e Ignacio Ormazábal distinguieron, primero, las teorías teístas de las no teístas.

La doctora Silvia Eyzaguirre, quien se declaró “atea, atea, atea”, pidió no confundir el Dios de la filosofía con el Dios de la religión. “En filosofía se puede tratar a Dios como concepto”.

Y el ingeniero Álvaro Fischer, quien se ha concentrado en evolución, denunció que la aproximación al conocimiento de las religiones y al de la ciencia es incompatible. “La idea de un Dios capaz de meterse en las neuronas del cerebro no es científica”. Sí abogó por el diálogo entre ciencia y religión.

Desde Harvard, habló Eric Chaisson. “El universo entero es mi laboratorio”, dijo. Llama a su visión del Todo “evolución cósmica”: desde el big bang hasta la humanidad.

“Vivimos la era dorada de la bioquímica”, dijo. Hay que encontrar un modelo donde la vida tenga su lugar en este universo que se expande y se desordena. Hay islas de orden en el caos.

La charla inaugural del doctor Jorge Zanelli recorrió los esfuerzos para alcanzar una teoría abarcadora. Descartó a los “atomistas” griegos por aportar ideas no cuantificables, no demostrables ni refutables. “No son ciencia”.

Marcó a Copérnico, Galileo, Kepler y Newton, siglo XVII. Luego, a Faraday, Maxwell, Hertz. Nos zambulló en lo macro y lo mini. Concluyó que las teorías finales han sido siempre transitorias, aunque son hitos del progreso.

Recomendó: “Sigan los sueños, no todo está hecho; dense permiso para hacer lo que quieran”.

Pareció escucharlo el arquitecto Raúl Allard, que definió a las ciudades como sistemas complejos y llamó a proyectar su evolución, siempre en expansión. Convocó a un urbanismo ecológico como responsabilidad ética. Y apuntó a la conquista de lugares fuera de la Tierra.

Los doctores Rafael Vicuña y Héctor Velázquez comentaron la ponencia de Alister McGrath, de la U. de Oxford. Este preguntó “¿cuál es el sentido de la vida?, ¿por qué estamos aquí?, ¿tiene sentido mi vida?”.

McGrath convocó a que las disciplinas conversen sobre este tema, “no se trata de pluralismo, sino de una coordinación para integrar una multiplicidad de visiones”.

Y marcó la relación de las teorías del Todo con la ética, la moral.

Interrogado Rafael Vicuña, biólogo católico, si en sus clases tocaba su fe en Dios: “Después de clase, a veces se me acercan”, dijo. Pero en clase, se concentra en lo biológico.

Klaus Schmidt-Hebbel, profesor de la U. del Desarrollo, organizador de la conferencia, la cerró agradeciendo. “Por esta sala hoy pasaron 640 personas”.

El Todo inquieta.