En su libro “El queso y los gusanos” (1976) Carlo Ginzburg revela vida del siglo XVI siguiendo la biografía de un molinero. Hace historia gracias a documentos sobre personas.
Este “once” han aflorado tantos documentos. ¿Cómo se leerán en cinco siglos más? ¿En 10 mil siglos más?
Lo primero es preservarlos. Magdalena Krebs, quien fuera Directora de Bibliotecas, archivos y museos, me guio por el problema.
¿Cuáles son los documentos mejor preservados? Las tabletas de los sumerios, con escritura cuneiforme. La BBC, en https://rebrand.ly/3jksokj muestra cómo, hace más de 5 mil años, los sumerios y acadios inscribieron en greda una grafía descifrada recién en el siglo XIX. Lo más famoso, descifrado en 1872, “La épica de Gilgamesh” fue escrito mil años antes que la Biblia, con la historia del diluvio.
En junio 2023, el “Times de Israel” publicó la hazaña de la inteligencia artificial que descifra la escritura cuneiforme (https://rebrand.ly/z4caqw6).
Contenidos: cartas, copuchas (las esposas se quejan porque sus maridos no les dan suficiente dinero), envidias porque el vecino amplía su casa y quien escribe carece de dinero…
Pequeñas historias junto a grandes acontecimientos. Yo escribí a máquina el 11 de septiembre de 1973, en la mesa del comedor, con radio y televisor andando, lo que iba ocurriendo. Una mirada doméstica, en papel amarilloso. Lo preservo.
Para rescatar documentos en un millón de años, Martin Kunze, en Austria, fundó, el año 2012, “Memory of Mankind” (https://rebrand.ly/uj7j701), MOM. Está grabando en tabletas de cerámica de 20 x 20 cm los mil libros más importantes de la humanidad.
Cada tableta es como un microfilm, registra un libro en un espacio dos centenares de veces menor. Es dura como el zafiro, resiste hasta 1.500º Celsius y es inmune al ácido.
En su página web (memory-of-mankind.com) invita a todo el mundo a colaborar, a sugerir libros.
Además, el MOM inscribe los editoriales de los diarios, las coordenadas geográficas de los residuos nucleares, los aportes del Museo de Historia Natural de Viena y más. Está abierto a recibir textos e imágenes de los particulares, para generar “Historia desde las bases”.
MOM guarda las tabletas en una mina de sal explotada desde hace 7 mil años: en Hallstatt, Austria. Subterránea, la mina se sellará automáticamente en unas dos generaciones, su ubicación quedará inscrita en un mapa, en medallones de cerámica.
En Chile, tenemos el Depósito Legal, al que obligatoriamente llegan todas las obras impresas, publicaciones, audiovisuales, y hasta programas de TV. La ley lo formó en 1925 (ver www.bibliotecanacional.gob.cl/deposito-legal) pero el país guarda documentos desde mucho antes.
Casi todos los países cuidan sus Depósitos legales: Francisco I creó en 1537 el más famoso, el de la Biblioteca Nacional de Francia.
Los estudiosos podrán rescatar de una mina de sal en Austria, documentos que contextualicen los hechos e incluyan las vidas de personas comunes. Incluso en un millón de años y más.