A veces, entre las incógnitas de la física cuántica y la inteligencia artificial, prefiero mirar por el espejo retrovisor. La vida vivida, nuestro país, mis vivos y mis muertos; mis lugares.
Resulta hoy tan fácil encontrarse esas experiencias.
Por ejemplo, recuerdo a mis tías Lucy y Eugenia, a fines de 1949, cantando con gracia “A la lima y al limón”. En Google busco el tema, escucho e imagino así a mis tías queridas, en la galería de la casa en Cartagena, gritando el estribillo: “¡Te vas a quedar soltera!”.
El miércoles, en una sesión de “Encuentros del futuro” sobre derecho internacional e inteligencia artificial, el exsenador Guido Girardi describió el posible futuro. El metaverso. Una intervención tecnológica en nuestras neuronas podría hacernos sentir, como si fuera real, lo que eligiéramos. Entonces… podría sentir como reales a mis tías coreando “A la lima y al limón”.
De noche, sintonicé en el canal 13 REC “Nace una estrella”, con Antonio Vodanovic, en 2001. ¡Mi fallecida amiga Totó Romero estaba en el jurado! Votó por la bella Savka Pollak, de 27 años.
La radio “Imagina” revive mis canciones. Y en TV cable transmiten películas antiguas, incluso de esas que proyectaba el cine Santiago en calle Merced.
A veces, con mi tarde libre, recorro mis lugares en Google Maps, borrosos o nítidos. Es el espejo retrovisor.
De mi amiga Mariana aprendí a viajar por YouTube, gratis. Regreso. Busco imágenes de Cajón, en Vilcún, donde construimos una escuela durante mis primeros trabajos universitarios, en 1966. No la encuentro. ¿París? Claro que puedo ir. Y revivir en YouTube el extenuante “De farra con los 4 amigos”.
Además, el sitio Spotify abre más ambientes sonoros. Bill Halley y sus cometas, Frankie Lane, Doris Day, Eydie Gormé y los Panchos, El cha cha chá del tren, La pérgola. Cuando me declaré, Sinatra cantaba “Strangers in the night”, ahí está, en caso de necesidad.
Disfruto cine antiguo. Encuentro en la red “La casa de té de la luna de agosto” (1956), con la dulce Michiko Kio, parecida a la Tere, mi amor de entonces; Michiko falleció en 2019; Tere vive.
En el sitio web de Extensión de la U. de Chile abro memoriales. Desde luego, la mirada de Oreste Plath sobre Santiago, por ejemplo, “La Novia” en calle Huérfanos. Y también una sección de sonidos en “100 años de la radio”, que incluye un segmento del radioteatro “Adiós al 7º de Línea”, sembrador de patriotismo.
Pero, la mina de oro es el sitio “Memoria chilena” de la Biblioteca Nacional. Fue creado bajo la dirección de Clara Budnik y cumple 20 años. Textos, imágenes, sonidos, videos... un banco de estímulos vitales. Indago asuntos: discursos políticos, imágenes urbanas demolidas, personas…
(En mi velador está “El miedo al olvido” por Alfonso Calderón, cronista de la vida. Como para digitalizarlo con todos sus vínculos).
Avanzo hacia mañana, pero el espejo retrovisor instala identidad. Como el nombre de ese potro colchagüino: “Así soy”.