El acto de revisión de la historia personal y familiar requiere una mezcla de coraje, cariño y sinceridad, combinación que rara vez se logra reunir en una dosis adecuada para ello. En este libro ese equilibrio se halla logrado.
En De dónde soy, la escritora y periodista estadounidense Joan Didion lleva a cabo una revisión crítica de la historia de su familia y particular del lugar —California— donde nació y donde esa familia ha vivido durante generaciones. Didion, que murió en Nueva York en 2021, había nacido en Sacramento en 1934, donde vivió largos períodos de su vida jalonados por su emigración (o exilio) a Nueva York en 1956 y en 1988. Como lo subraya en este libro, su vínculo con ese lugar nunca dejó de ser poderoso y permanente, pero el aspecto autobiográfico de esta obra, que es el predominante, se focaliza en una perspectiva intelectual y moral: lo que pretende aquí es un regreso ético a través de la escritura, un regreso reflexivo y crítico. “Este libro —señala— representa una exploración de mis propias confusiones acerca del lugar y la forma en que crecí, unas confusiones tanto acerca de América como de California, unos malentendidos y mal interpretaciones que forman parte de quien soy en tanta medida que todavía hoy solo les hago frente de refilón”. Como se advierte, esta revisión no es tampoco definitiva y completa, sino que se encuentra ella misma envuelta en dudas y oblicuidades.
Las motivaciones que llevan a Didion a revisar la visión de su lugar y someterla a un escrutinio lo más lúcido posible conducen a preguntar por el punto en que se quiebra la mirada de antes y comienza la mirada actual. Según ella, aparece ya gestándose en artículos publicados con anterioridad en The New Yorker y en The New York Times Book Review, aunque esos artículos son en este libro reformulados y articulados de modo que aparezcan planteando ese nuevo punto de partida. En verdad, leído el libro en su conjunto, el punto de quiebre parece encontrarse más bien en el duelo por la muerte de su madre, acaecida en el año 2001. Aunque la reflexión sobre su madre se reserva para el final, no resulta descabellado pensar en ese hito como el motor de este singular texto. En ese capítulo —la cuarta parte del libro—, indica precisamente ese origen: “Tras la muerte de mi madre me encontré a menudo pensando en las confusiones y contradicciones de la vida de California, muchas de las cuales ella había encarnado”. Así como la relectura de su novela Run river (1963), hacia el centro del libro, es este retrato de la madre entre lo más sobresaliente del volumen. La madre de Didion aparece dibujada aquí en una exquisita filigrana, en un franco claroscuro que no excluye la ternura. Constituye, sin duda, uno de los más bellos retratos de una madre que proporcionan las letras de ese país.
La revisión que emprende Didion posee varias aristas, pero en todas ellas la autora elude la nostalgia dulzona y fría lejanía, logrando situarse en una distancia justa que combina lucidez con ternura.
El relato de la “gran travesía” del año 1846, en la expedición Donner, en que muchos miembros de su familia participaron, al igual que los de tantas otras, le permite revisar el “mito de California”, mito que formó parte de la atmósfera familiar y que ella compartió como algo indiscutible durante su niñez, juventud e incluso en sus escritos más tempranos, atrapándola a ella misma con su aliento seductor. Ese relato, en que abunda el heroísmo, el sentido del individualismo, la dureza de un esfuerzo personal incomparable, las ventajas naturales de una tierra edénica, se construyó según Didion por medio de una secuencia de historias narradas por un testigo omnisciente que repetidas una y otra vez llegaron a convertirse en “una odisea original única”. Didion no solo retorna sobre sus propios textos —incluyendo una reflexión sobre la escritura—, sino también sobre los de otros autores clave y de ese modo va desmontando el mito desde su origen hasta el presente.
La lectura de De dónde soy admira por la versatilidad literaria de Didion, ya que se desliza y se aleja y retorna entre las memorias, la indagación de un árbol familiar y su saga, la crónica de una época, la investigación periodística y la crítica literaria. El libro va de uno a otro de estos géneros, unitariamente, aunque convirtiéndose, para bien, en una obra inclasificable en cuanto a su género.
La prosa de este libro es otro de sus puntos sobresalientes y, por lo mismo, su lectura no decepcionará a los lectores de Didion. Se trata de una prosa elegante, directa, acerada y precisa que le permite una reflexión profunda y emotiva sobre su lugar de origen y de ser.