La “palomita” es el nombre que se da a una jugada muy inusual en el fútbol, en la cual el jugador se lanza en el aire para, en su vuelo ligero y fulgurante, salir al encuentro del balón e impulsarlo con su frente hacia el arco enemigo. Paraíso canalla es una novela construida en torno a una célebre palomita ejecutada por Aldo Pedro Poy, del equipo argentino Rosario Central, que le dio la victoria frente a su archienemigo, Newell's Old Boys, durante un crucial partido el 19 de diciembre de 1971. Desde el año siguiente, fanáticos de Rosario Central, llamados “canallas”, celebran esa victoria histórica frente a los “leprosos” y, como en una misa, repiten, año a año, la palomita, repetición que cuenta como oficiante al mismo Aldo Poy envejeciente hasta ser ya un octogenario.
El narrador —llamado Pancho— es un periodista de crónica deportiva chilena, al parecer él mismo uno más de los miles de “canallas” repartidos por el mundo, quien es convidado a Rosario para asistir al aniversario número 50 de la palomita de Aldo Poy. Puede ser que el narrador no sea un “canalla”, puesto que el gol del prócer de Rosario central y la historia a que dio lugar produce una trémula y gozosa admiración en cualquier hincha del fútbol —menos, por cierto, entre los “leprosos”.
Pero la novela de Francisco Mouat no solo está dirigida a hinchas de fútbol, aunque entre estos lectores se dará un placer de lectura que el no hincha puede apenas columbrar. La novela misma puede ser leída como una teoría especial del hincha, de su extravagancia, pasión y desmesura, que pasa por la importancia casi mayor que tiene para ser un auténtico hincha de una escuadra el ser un antihincha del equipo archienemigo, que siempre existe y cuyo sufrimiento es objeto de veneración. Para un no hincha, como este crítico, un “pecho frío” muy frío, asomarse a ese mundo es —en la versión de Mouat— entrar en el ámbito de un locura risueña, por momentos hilarante, poblada de historias inverosímiles y de personajes tan bizarros como entrañables, donde las lealtades y los rencores son extremos, pero surgen de hechos insignificantes acaecidos en un pasado legendario, porque las historias se componen, como lo postula un fragmento citado por el autor, de una sucesión de pequeñas decisiones enlazadas de un modo irreversible.
Los hechos fundamentales de la anécdota son ciertos y se pueden comprobar en YouTube o en Google, pero el lector sospecha que varios detalles, historias secundarias y la trama misma que le da ilación al relato son inventados por el autor. La realidad de la inverosímil historia es un resorte principal de esta novela pero esa ambigüedad entre el límite de la ficción y la no ficción es también esencial, como si estuviésemos viendo un falso documental sobre un episodio verdadero inverosímil.
La novela de Mouat, lo que en jerga crítica se llama una nouvelle, es un relato corto que destella por su sentido del humor inclaudicable que corre en un abanico de matices pero siempre en un vuelo, como en la palomita, hacia el final. Se puede decir que Mouat, en palabras de un colega inglés, posee en este relato un agudo sentido del fin. La amenidad proviene, en efecto, de la progresión en que la información se va ofreciendo el lector impulsada por las escenas finales cuando el narrador periodista ya ha concluido su viaje desde el sueño a la realidad. Toda la novela es un salto hacia el prócer y un homenaje también a ese otro prócer, Roberto Fontanarrosa, quien escribió un cuento titulado precisamente “19 de diciembre de 1971” destinado a reivindicar la presencia en esa mítica jornada de otro de los elementos centrales del mundo de los hinchas: la cábala.
Dentro de las múltiples lecturas que, siempre en modo de parodia y sin abandonar la comicidad, se pueden efectuar de este texto sobresale una teoría general de la religiosidad sustitutiva, una suerte de versión lúdica de las religiones oficiales, tan exigentes pero con mayor sentimiento y humor que las otras. Paraíso canalla es un libro pletórico de elementos que son remedos chispeantes de los componentes de una religión: dogmas, ritos, fieles, santos, organizaciones que vigilan la ortodoxia de los fieles y la disciplina en la ejecución de los ritos, una jerarquía con su gran Lama y su curia, un demonio, lugares sagrados, infiernos, purgatorios y paraísos. Milagros y mártires. La palomita es una suerte de milagro y toda la novela está empapada de gratitud a estas iglesias de la amistad y lealtad que son el mundo de los seguidores enfebrecidos de un deporte popular.
Paraíso canalla es un ejemplo de nouvelle, de los mejores, por su buena prosa, impecable estructura y por la dignidad moral que se cuela en medio de su humor.