Hechos bajo distintos métodos y con diferentes grados de dulzor, los espumantes en Chile ya conforman una más que digna comunidad de ejemplos para descorchar hoy en la noche. Y en la noche que quieran.
Una de las formas, la más certera —si me lo permiten—, de medir el avance que un país productor de vinos en el Nuevo Mundo tiene con los espumantes es ver cómo anda con la categoría brut que es, digamos, un término medio entre dulzor y sequedad; el tipo de burbujas que uno puede beber en cualquier ocasión: al aperitivo, combinado con jugos o vaya a saber uno con qué otra cosa.
Si esa categoría es sólida, si —como es el caso de Chile— hay suficientes ejemplos a buenos precios en las estanterías como para no errar en la elección, eso quiere decir que el estilo burbujeante ya está más o menos dominado. No quiere decir, por cierto, que ese país es el potencial responsable de grandes espumantes, sino que solo ha logrado llegar a un buen nivel, un nivel —digamos— confiable, lo que no es poco.
Otra de las formas con las que podríamos medir el desarrollo del estilo en una región es por el nivel que han alcanzado sus espumantes hechos con el método charmat, que es —como ya lo hemos dicho aquí— una forma algo más industrial de producir vinos burbujeantes. En vez de que la burbuja se forme en cada botella (como es el caso del método tradicional), se crea en grandes estanques de acero. Las diferencias son importantes, sobre todo a nivel de complejidad y de suavidad, de cremosidad, pero un buen charmat (como los de la lista que adjuntamos aquí) es un vino más que digno. Bastante más, hay que decirlo.
Y luego, claro, está la categoría del método tradicional, esos espumantes hechos botella a botella y en donde Chile también ha hecho progresos importantes. ¿Es que estamos haciendo por estos lados grandes ejemplos del estilo? Hay muy buenos, por cierto. Y dos o tres que son importantes, pero aún se necesita más tiempo en esta línea del desarrollo de las burbujas. El Morandé Blanc de Noir Pinot Noir 2013 es uno de los grandes (nada menos que casi una década de contacto con sus lías en la botella) como también el trabajo más reciente de Aquitania y sus viñedos en el sur, en Malleco o los sólidos catálogos de viñas enfocadas en el estilo como Undurraga y Valdivieso. Hay muchos buenos espumantes en Chile y un puñado de ejemplos tremendos. Con estos, y con todos los demás, se puede hacer un gran brindis por el 2022. Vaya que lo necesitamos.
Algunos de los mejores espumantes Charmat
Bouchon Extra Brut Bouchon país, cinsault 2021 Maule Secano Interior
Aromo Dogma Brut Chardonnay 2019 Maule
Cono Sur Sparkling Brut Rosé Pinot Noir 2020 Biobío
Mujer Andina Wines Ai! Brut Chardonnay, Pinot Noir 2020 Biobío
Santa Cruz Kultrun País 2020 Lolol
Punti Ferrer Punti Ferrer XTRA Brut Chardonnay Rapel
Undurraga Long Play Vol. 1 Chardonnay, Pinot Noir, Riesling Leyda
Valdivieso Éclat Brut Rosé Cinsault cinsault, Pinot Gris Itata
Viñamar Rosé Pinot Noir 2021 Casablanca
Algunos de los mejores espumantes de Chile
Aquitania Sol de Sol Brut Nature Chardonnay, Pinot Noir 2019 Malleco
Casa Marín Viñedo Lo Abarca No. 5 Pet-Nat Pinot Noir 2021 Lo Abarca
Casa Silva Casa Silva Fervor del Lago Ranco Extra Brut 2016 Osorno
Morandé Blanc de Noir Pinot Noir 2013 Valle de Casablanca
OC Wines Inicio Private Collection Chardonnay 2013 Casablanca
Requingua / Sur Valles Potro de Piedra Brut Nature Maule
Tabalí TATIÉ Brut Chardonnay, Pinot Noir Limarí
Undurraga Titillum Millesime Aniversary edition Pinot Noir 2015 Leyda
Valdivieso Valdivieso Centenario Blanc de Blanc Biobío