Los elogios al personaje de Leda Caruso (Olivia Colman), una mujer de 48 años y profesora de literatura comparada que arrendó un departamento en la isla griega de Spetses, para pasar unos días bajo el sol descansando y trabajando, deberían tomar en cuenta que parte de la película se sitúa en el pasado y cuando andaba por los 30, porque la Leda Caruso de entonces e interpretada por Jessie Buckley completa al personaje, y la equivalencia de ambas actrices es tan notable, que la historia parte en el presente y por los flashbacks retrocede, pero en ocasiones son los flashbacks los que prevalecen y es la historia inicial la secundaria.
Es un tránsito y continuidad vital y emocional que se prolonga por las hijas, porque es la mujer y son sus semillas femeninas, es su naturaleza, su ADN, su química, sensibilidad y cariño.
“La hija oscura”, el debut como directora de la actriz Maggie Gyllenhaal, quiere rebalsar la historia de Leda Caruso cuando adulta y adulta joven, pero siempre adulta, es decir, alguien consciente de sus decisiones y sentimientos, aunque no sea tan responsable ni sentimental.
En la isla y verano griego, Leda está sola, y en los recuerdos revividos logra sus primeros trabajos y éxitos, mientras se forma como ensayista, académica e intelectual, y cría a sus hijas de 5 y 7 años, que no son más exigentes e intranquilas que cualquier niña.
En la playa del pueblo debe convivir con una familia numerosa y bulliciosa que alquila una casa rosada en las cercanías y les sobra dinero, pero les falta educación. Alguien los describe como peligrosos y el consejo es no meterse con ellos, pero Leda no está acostumbrada a hacer caso y menos cuando enfrenta a una familia infectada con las groserías y violencia.
La película, a partir de este punto, describe con intensidad una masculinidad que amenaza con explotar y arrasar con lo que está al frente, donde la primera es Leda Caruso.
Son cuerpos de hombre apoyados en el auto de una mujer, son siempre las miradas, son gritos de hombre en pandilla y en un cine y, en fin, son los avances del género que coloca el juego y sus reglas.
No hay un gesto concreto y ni siquiera un ademán, porque esta no es una película de acción ni nada parecido, sino de sentimientos e inteligencia, de estado de ánimo y conciencia.
Muchas veces, en el presente y en el pasado, ese mundo masculino adopta modos gentiles y hasta puede enamorar, y a veces se humilla, pero el murmullo nunca se acaba y es un universo regentado por hombres, son sus normas, costumbres y fuerzas.
Leda Caruso no es una heroína, que nadie se equivoque, pero tampoco quiere ser una víctima.
¿Quién es ella? Una profesora y una madre de dos hijas, también una mujer adulta, una niña perdida, acaso una hija oscura.
“The lost daughter”. EE.UU.–Grecia, 2021: Directora: Maggie Gyllenhaal. Con: Olivia Colman, Jessie Buckley, Dakota Johnson. 122 minutos. Netflix.