Transformador (T): Debes reconocer que la violencia política de fines de 2019 trajo efectos muy positivos, el proceso constituyente, entre ellos. Por tanto, se justifica conceder indulto a los que tomaron parte en ella.
Pacifista (P): ¿Y si como reacción a esa misma violencia termina por ser elegido Kast? ¿Seguirías postulando que el resultado de la violencia fue feliz?
T: No va a salir Kast, pero, en ese caso, diría que el resultado de la violencia tuvo efectos claroscuros.
P: Acepta que, para otros, lo claro sería el triunfo de Kast y lo oscuro la Convención.
T: No me digas que te pasaste a la extrema derecha.
P: No. Mi punto es otro. En política, los claros y los oscuros los define cada quien, y en una sociedad pluralista no hay cómo establecer de antemano lo que es políticamente virtuoso y lo políticamente defectuoso. Ciertamente que podemos y debemos dar buenas razones para tratar de convencer de una posición u otra y esas razones van a apelar, con más o menos fuerza, a valores socialmente compartidos. Pero, como no hay estados políticos que podamos definir ex ante como objetivamente mejores que otros, hemos acordado el método de argumentar y luego contar las cabezas, en vez de imponer escenarios por la fuerza. Una Constitución es esencialmente la regulación del método para argumentar y resolver. Imponer escenarios por la fuerza conlleva necesariamente negar la dignidad, racionalidad e igualdad de los otros.
T: Si te entiendo bien, en tu propia lógica, es finalmente la eficacia, la historia, la que viene a demostrar que una determinada política fue virtuosa. Es el caso de lo que alego, pues un 80% de la ciudadanía votó a favor de una Convención Constituyente.
P: Veo que no terminas de tomar mi punto. No tienes cómo saber de antemano a qué escenarios te conduce la violencia. Por eso te ponía en el escenario del triunfo de Kast. Más aún, cuando justificas ex post la violencia por un cierto resultado que tú o una mayoría considera virtuoso; estás, ex ante, justificando toda violencia en los oídos de quienes la ejercen.
T: Eso no es cierto, yo justifico la violencia de octubre de 2019, pero definitivamente no aquella de octubre de 2021. Esta es irracional e inútil, porque ya se inició el proceso constituyente.
P: Sé que esa es tu posición, pero nadie que ejerza la violencia política piensa que su causa es mala o inútil. Si tú la justificas en un caso ex post y por sus resultados, el violentista siempre te responderá que vas a terminar también justificando su violencia, porque ella traerá un nuevo orden más justo, por lo que está justificada también ex ante. No conozco ninguna violencia política que no se ejerza en nombre de un orden más justo. Ves que el problema de justificar la violencia ex post es que la legitimas por una razón que el violentista siempre podrá esgrimir ex ante. Con la violencia, como con las violaciones a los derechos humanos, no hay contexto ni razones que puedan justificarla.
T: Y entonces nunca puede perdonarse a los que ejercieron violencia política.
P: No. El perdón puede ser un acto de misericordia que enaltezca al que perdone y traiga paz al conjunto. Pero habrás de convenir conmigo que, para ello, es necesario se verifiquen ciertas condiciones: la primera y principal es que no consista en un acto que enaltezca o justifique la violencia, sino uno en que todos, los que perdonan y los perdonados, convengan sinceramente en condenar la violencia política y actúen en consecuencia.
T: ¿Quieres humillar a los presos haciéndolos renunciar a su ideario?
P: Quiero ponerles, como condición del acto de gracia de liberarlos de sus condenas, que renuncien expresamente no a sus idearios, sino al método violento para alcanzarlos. Para reincorporarse a la sociedad hay que reconocer la igual dignidad de todos. Me parece que es una de las muy pocas precondiciones de la democracia y piedra angular de cualquier Constitución que abrace ese ideario.