Primero fue Vigno, el grupo de productores que en 2010 se puso como meta la revalorización de las viejas parras de cariñena en el valle del Maule, hasta ese momento rescatadas y valoradas por apenas un puñado de viñas nacionales. La experiencia ha sido un éxito. El grupo Vigno tiene 17 miembros y en las estanterías de supermercados o de tiendas especializadas hay al menos una media centena de cariñena disponible, tanto aquellas que llevan el logo Vigno como también los ejemplos de otros productores que han puesto su atención en la uva. Se podría decir, sin caer en falsos optimismos, que, cuando menos, la cariñena ya es parte del paisaje varietal de Chile. Y eso no es poco.
Ahora es el turno del país, la variedad que fue introducida por los conquistadores españoles hacia el siglo XVI, que ha sido parte de nuestros viñedos desde siempre y la base de muchos vinos que bebimos en el pasado y que hoy volvemos a beber, como el pipeño, sin ir más lejos. Y allí es precisamente donde comenzamos a hablar de Almaule, la nueva asociación de productores que ha tomado el desafío de darle valor a esta variedad.
Sin embargo, el momento en el que se crea Almaule no es el mismo en que se creó Vigno. Hace ya rato, una década, que el país se viene redescubriendo, tanto por bodegas pequeñas y artesanas como también por viñas más grandes. Hoy la oferta de variedad país en las estanterías también está muy por sobre la media centena y la uva vive su mejor momento desde que se le recluyó al sur del Maule cuando se pusieron en boga las variedades “finas” francesas. Y ojo, que esa moda comenzó hacia la segunda mitad del siglo XIX.
Pero la verdad es que Almaule es el primer esfuerzo coordinado por darle valor al país y, en específico, al país del valle del Maule que se basa en una rica herencia de viejísimas parras distribuidas a lo largo y ancho del valle, siempre en secano, es decir, parras que solo reciben el agua de lluvias para madurar sus frutos. “El país nunca ha tenido un conocimiento real, aunque se habla mucho de esas viejas parras. Y Almaule es una oportunidad para hacerlo, con reglas muy claras y simples. La idea es devolverle la dignidad al país, de una manera colaborativa, un vino alegre, sin pretensiones, con el alma del verano”, dice con entusiasmo Andrés Sánchez, uno de los creadores de Almaule y enólogo de Gillmore, que a su vez es parte de este nuevo grupo.
Además de Gillmore, Almaule está integrado por Garage Wine Co., Cooperativa Loncomilla, Las Veletas, Erasmo y J. Bouchon. “La motivación central para crear Almaule es centrarse en un territorio y su gente con el objeto de revivir el país que es un patrimonio vivo de la zona. También creemos que trabajar en forma asociativa genera un impacto diferente”, agrega por su parte Julio Bouchon, de la viña Bouchon.
Tal como sucede con Vigno, no cualquier país puede ser parte de Almaule. Primero, debe venir de viñedos de más de 35 años, en el secano interior del Maule, conducidos en cabeza (en forma de arbustos), con alcoholes entre los 12 y 13 grados, con azúcar residual menor a 5 gramos por litro (es decir, nada de dulzor) y que tengan al menos un 90% de la variedad país. En cuanto a su presentación, debe llevar la marca colectiva destacada en la etiqueta frontal (tal como sucede con Vigno) y la botella debe ser del tipo Borgoña, de hombros caídos que se suele asociar con este tipo de vinos frescos y simples.
Porque la idea es esa. “Queremos que Almaule sea el vino con el que se inicia el asado y con el que se termina”, dice Sánchez, algo que ya muchos país ofrecen, porque no hay que olvidar que, desde que el francés Louis-Antoine Luyt comenzó a prestar atención a la variedad y a vinificarla en 2007, el estilo fue ese. Un vino de campo, ligero, para apagar la sed, como la mayoría de los que hoy nacen desde el valle del Maule y que, con la ayuda de Almaule, seguro que seguirán produciéndose.
Almaule cuenta con el apoyo de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo Maule y sus miembros esperan lanzar la marca y el proyecto hacia mediados de octubre. Eso significa que ya a comienzos del verano tendremos nuevos país para beber bajo el calor de las vacaciones, lo que nunca es una mala noticia.
Algunos buenos país del secano del Maule
Agrícola La Misión Pisador País 2020
Bouchon J. Bouchon Reserva Rosé País 2020
Bouchon País Viejo País 2020
Cooperativa Loncomilla Asoleado País 2018
Erasmo Huaso Erasmo país 2020
Garage Wine Co. 215 BC Ferment Single Ferment Series País 2019
Gillmore País del Maule país 2019
González Bastías País en tinaja País 2019
Laberinto Arcillas de Laberinto País 2020
Las Veletas Las Veletas País 2019
Louis Antoine Luyt País de Quenehuao país 2019
Morandé Pionero Reserva País 2019
Pino Azul / El Encanto Encanto País 2020