La bandera tricolor cubrió el féretro del embajador Raimundo González Aninat (1939-2021), abogado penquista, fallecido el martes, un visionario.
Ingresado a la diplomacia en los años 70, percibió que el espacio podría suscitar confianzas en la humanidad. Ya en 1967 se había firmado el Tratado del Espacio que vedaba el espacio al uso militar.
El joven diplomático veía las perspectivas y sabía que el tema no podía quedar en manos solo de las potencias. La fraternidad universal lo conmovía. Todos deberíamos aprovechar la ciencia espacial.
A veces, los matemáticos clarifican los asuntos sociales; ahora, leer al embajador González muestra la dignidad de la ciencia jurídica para distinguir entre fenómenos, definir deberes y derechos, asumir a la humanidad y a sus integrantes.
Su gestión y escritos muestran cómo las naciones reconocen en las tecnologías espaciales vías para proteger los “bienes públicos globales” como la paz, la estabilidad internacional. Y enfrentar el cambio climático, los desastres naturales y humanitarios, la inseguridad alimentaria, las migraciones forzadas, la degradación ambiental.
Hay un recorrido. La Academia diplomática chilena publicó en 2018 “Chile, actor del sistema multilateral”, editado por Juan Somavía y Pedro Oyarce (el PDF en https://bit.ly/2XHfAYZ). En un capítulo, Raimundo González resume el camino jurídico avanzado en décadas. Y presenta sus esperanzas; conceptos nuevos que abren la mente en esta década en recomposición.
Aparece su lucha por mantener el espacio libre de material bélico. El uso militar del espacio dificulta la colaboración internacional. El embajador González fue un líder en la materia.
Enseñó en Derecho de la U. de Chile y en muchas instancias, como en la Academia Pontificia de Ciencias. Fue director de la fenecida Agencia Chilena del Espacio. Embajador en Viena ante Austria y las importantes organizaciones internacionales con sede en esa ciudad, como las que tienen que ver con energía nuclear, espacio, desarme. Presidió la Comisión de Naciones Unidas para el uso pacífico del espacio ultraterrestre COPUOS (https://bit.ly/3sxOUoH).
Lo hizo aferrado a valores, elaborando, participando en congresos, negociando con simpatía y persistencia.
“Lo invité en varias ocasiones a dictar conferencias en la Universidad de Granada (…) llegaba a enamorar al auditorio con esa capacidad humana que poseía (…) y con sus conocimientos jurídicos”, escribió el catedrático de Derecho Internacional Público, U. Internacional de Andalucía, Juan Manuel de Faramiñán Gilbert. Con él organizó la Red Latinoamericana y del Caribe en temas espaciales (ReLaCa Espacio).
En estos días de miles de satélites nublando las observaciones astronómicas, de armamento en órbita, de pandemias, de migraciones, de desastres ambientales, urge afinar la legislación sobre el espacio.
Afortunadamente, tenemos diplomáticos chilenos en la ruta del visionario embajador, ya cubierto su féretro por el pabellón de su querida patria.