Llama un amigo: “¡Me ‘hackearon' mi teléfono! ¡Ojo con lo que te llegue!”.

Gracias; no abriré e-mails, ni responderé, ni nada. ¿Qué más hacer?

Puedo matricularme en una charla sobre ciberseguridad.

El senador por Valparaíso, Kenneth Pugh, moderó una conversación con dos expertos que me podrían serenar. Uno, Santiago Paz, a cargo de la ciberseguridad por el grupo del Banco Interamericano de Desarrollo, el BID. Llegó allí desde Uruguay, donde logró activar medidas de protección. El otro, Carlos Landeros, es el jefe en redes y seguridad informática en nuestro Ministerio del Interior. Viejos amigos de lides compartidas.

Quedé con las ganas de que describieran a los criminales, habituado a los noticiarios, que se concentran en el morbo.

Quería saber de robos, de las amenazas, de los secuestros de información y los asaltos que se producen en el mundo digital. Hay un prontuario espantoso que recorrer. Sí, se refirieron a la “infraestructura crítica” (un listado que comprende los servicios de salud, los de agua potable, electricidad, los oleoductos, los bancos…).

Hablaron más de lo positivo.

Pensé en mis nietos que discurren sobre su vocación profesional cuando Carlos Landeros habló de las oportunidades de servicios y de negocios en ciberseguridad. Faltan especialistas. Peor todavía, no hay suficientes profesores, investigadores, profesionales en el tema. Santiago Paz se refirió a alianzas internacionales de instituciones de educación superior en la materia.

María Florencia Attademo-Hirt, jefa del grupo BID en Chile, dio las cifras en EE.UU.: hay 900 mil profesionales, pero faltan 450 mil. Y ofreció el apoyo de su organización para la formación de expertos. Ojalá no se los robe después EE.UU.

Ella hizo ver cómo el cibercrimen demolía la confianza en los sistemas digitales que hoy sustentan la vida en sociedad. Es uno de los cinco riesgos que más amenazan a las empresas, según el BID.

Santiago Paz, el uruguayo, mostró cómo esta no es una cuestión solo de ingenieros o de políticos. Como siempre, el tema es cultural. Tal como en el tránsito urbano, no basta con demarcar las calles, instalar semáforos, peajes, cámaras de seguridad, la policía, los tribunales… La cosa es que los choferes manejen a la defensiva.

Hay que rediseñar todo, teniendo presente desde los cimientos, la ciberseguridad y la cooperación.

Carlos Landeros apuntó a los altos ejecutivos. Los llamó a invertir en ciberseguridad. La gente preferirá a las empresas en las que tiene confianza. “No tenemos que esperar más ciberataques, ya hay experiencia suficiente”, dijo.

El senador agradeció las sugerencias prácticas. Espera que el Senado saque adelante las leyes, de gobernanza de la ciberseguridad, de infraestructura crítica de la nación. Estamos a punto. Landeros habló de la ley de delitos informáticos y la ley de datos. Agradeció al BID los 27 millones de dólares entregados para educar sobre el tema. Hasta motiva a los padres para que entrenen a sus hijos en la materia.

Para sufrir menos “hackeos”.