Apriete 12 lápices parados en sus puntas; obsérvelos, organizados, simétricos; debe ser fácil establecer relaciones matemáticas entre ellos. Suéltelos; caen asimétricos, dispersados al azar, ¿cómo establecer relaciones matemáticas entre estos?

“Los problemas simétricos pueden tener soluciones asimétricas”, escribió en 1977 Steven Weinberg, recién fallecido hace 10 días, a los 88 años; Nobel 1979 de Física, uno de los grandes de la ciencia. (Timothy Ferris ideó la analogía de los lápices para explicar el aporte que le significó el Nobel.)

José Edelstein, físico teórico en la U. de Santiago de Compostela, lo clasifica en un artículo en Página 12 como “quizás el físico más importante del último medio siglo. Artífice de la teoría de las partículas elementales y sus interacciones… un personaje sin igual”. Y relata su almuerzo juntos en Tejas.

Weinberg consolidó la gran teoría de las diminutas piezas que conforman la realidad y de las cuatro grandes fuerzas que las gobiernan (electromagnetismo, gravedad, fuerza nuclear fuerte y fuerza nuclear débil).

Volvamos a los lápices. Dos de las fuerzas, el electromagnetismo y la fuerza nuclear débil, —calculó Weinberg— son inicialmente como los lápices ordenados, simétricos, pero al introducir masa en las dos fuerzas, la simetría se rompe y, como los lápices, las dos fuerzas se apartan. Originalmente, como los lápices ordenados, constituían una sola fuerza: la “electrodébil”.

El Dr. Alejandro Valdivia, físico de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile, destaca “la belleza de los resultados de Weinberg sobre la unificación de la fuerza electrodébil y sus ideas sobre el modelo estándar”.

“¿Por qué habla de ‘belleza' en las soluciones?” le preguntó Bill Moyers a Weinberg. Le contestó que no era un asunto estético, la belleza es la forma en que una idea en física promete ser cierta, la belleza de que todo es como debe ser. Como una sonata perfecta, a la que no se le puede cambiar una nota.

¿Para qué sirve?

Weinberg se indignaba ante esa pregunta, ¡sirve para el conocimiento! Saber por qué las cosas son como son. “Quiero seguir la cadena de ‘porqués' hasta sus más profundas raíces”, dice. “Y las respuestas convergen”, agrega, “las cosas se simplifican, hay menos y menos principios”.

Capaz que al final, dice, la física y la historia podrían confluir y podríamos explicarnos el principio de todo, el último porqué.

Buscar en Google a Weinberg abre el universo. Están sus libros: “Explicar el mundo”, “Los tres primeros minutos del universo”, entre otros. Y videos: con toda su densa personalidad y, como buen físico, escribiendo con tiza en pizarras negras.

Su compañero de almuerzo, José Eldenstein, lo describe como magnético. Y soberbio: cuenta que exigió a la U. de Tejas recibir el sueldo más alto de la universidad. Fue aceptado. Cuando años después, la entidad contrató a un entrenador de fútbol con un sueldo millonario, “Weinberg les hizo una visita de cortesía, por supuesto, contrato en mano…”.

Trabajó hasta el fin.