Por vacaciones de invierno ha caído una turbamulta infanto-juvenil sobre estas pacíficas y gastronómicas playas de Laguna y Maitencillo.
Le contaremos, Madame, madre de tanta prole, algunas novedades interesantes: Dos Salmones, en Laguna, está atendiendo, en feriados con cuarentena, mediante despacho a domicilio (delivery) y en modalidad “para llevar” (take away, para que me entienda). Hicimos una cata, para facilitarle todavía más las cosas.
Primero, dos empanadas, ambas novedosas, y ambas muy bien fritas, sin gota de grasa por fuera: una, de queso con choclo y champiñones ($2.500), mezcla muy delicada, muy fina; y otra de queso con camarones al pilpil ($4.000), espectacularmente sabrosa y picantita. Ambas, una entrada buenísima, o un aperitivo de primera.
Luego un wrap chileno ($7.200), que es una apreciable cantidad de comida para su precio. Es, en el fondo, una enorme tortilla mexicana de trigo, en que se envuelve una presa de pescado arrebozado y frito, más ensaladas verdes, y tomate, cebolla y ají verde (estos tres ingredientes le dan al mordisco, cuando cae por esa parte del wrap, un rico sabor huaso a chacarero, el mejor sánguche chileno). Dentro del conjunto, el pescado frito “pasa piola”, como dicen los infanto-jóvenes, de modo que no viene al caso analizarlo. Como el rollo es enorme, viene cortado por la mitad, en dos porciones que dejarán ahíto al infante y a medio comer al joven. Pero la verdad es que los trozos son tan anchos que casi no cabrían por la boca del túnel El Melón, por lo que, para no descarretillarnos y vernos impedidos de seguir con la cata, optamos, derechamente, por comerlos con tenedor y cuchillo. Observación: hemos visto wraps más delgados que hacen posible comerlos con la mano, como un taco; recurrir a los cubiertos desnaturaliza la idea misma de estos rollos, tal como pasa con esos sánguches que hay que comer con cubiertos. ¿Por qué no optar por tortillas más chicas que permitan lograr wraps que entren por la boca con facilidad? Así el comensal apreciaría, con un solo mordisco, todos los componentes del condumio. A nosotros nos pareció muy criollo cuando mordíamos por un lado, y algo oriental cuando mordíamos por el otro (trae un pocillo con una salsita orientaloide muy rica).
La ensalada de camarón, superlativa: muchas hojas verdes, camarones apanados, camarones sin apanar (y sin pelar), tocino, queso azul, pera… Más dos salsas ($10.400): comen bien dos infantes y medio joven. Eso de tener que pelar los camarones, un fastidio.
¡Ay! los postres: una ponderación bien hecha, pero con manjar tan aguado como té con leche ($4.600), y un Toque de queda ($4.600) insólito: entre dos galletones gruesos, marshmallows derretidos, y harto chocolate. Postre para infantes, denso, pegajoso en las muelas como caluga, sin finura alguna. Con uno comen 2 criaturas ávidas. No recomendable.
Todo lo demás, sí.
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