La vida continúa. Con baches. Mientras Les Assassins exhibe un cartel de venta, al lado del cerrado Squadritto se despliega una entusiasta y colorida pizzería. El barrio Lastarria se resiste y entre los que siguen con las botas puestas está Bocanariz. En estos días se cumplen ya nueve años de un restaurante con el corazón puesto en el vino y que, debido a los aforos actuales, atiende actualmente en la calle. Con vista al cerrado cine El biógrafo, lo que produce cierta apretura en la garganta que desemboca en pena. Hartos ya del streaming…
Con medición de temperatura y harta gentileza comienza esta experiencia. Con un historial de abundantes platos para degustar, concebidos para su original y extensa oferta de copas, la carta se ha comprimido sin perder su identidad. Con algo de chilenidad, con las ostras para los blancos y la carne para los tintos. Darwinismo con estilo.
Para partir, precisamente, algo que habría dejado feliz a cualquier turista: una entrada con cuatro sopaipillas (vade retro, sureños, porque estas eran con zapallo) y dos trozos de arrollado bien picante ($8.400). Se anunciaba con chancho en piedra que, habrá que deducir, eran las manchitas decora/gustativas bien licuadas. Y la verdad es que estaba tan osado el embutido, que la cuota de capsaicina ya estaba lograda.
De los fondos, no había asado de tira con pastelera (de una carta breve, ojo), por lo que se fue por un trozo de malaya de chancho con vegetales asados, con algo de kimchi por ahí (modas, ay, por $12.500). Rico, pero un poquitín salado. Y ojo: en la carta se consigna el corte, pero no se advierte el animal proveedor.
El otro plato fue el vegetariano. Unos tortellinis de setas en una salsa putanesca, nuevamente licuado el tema. Que funciona, lo hace, pero… Y con un extra que aportó: arvejas, y alguna haba loca, consignadas en la carta como “guisantes” (en otro país, tal vez, $9.500).
Para terminar, un fondant de chocolate con helado de vainilla ($4.500), con alguna nota interesantísima a especies, a la par de unos cafés. Tienen delivery, el que se ve tremendamente atractivo en la parte de quesos y charcutería. Con el extra de la recomendación del vino, ya que estamos en Bocanariz. En presencia y virtualidad, también.
José Victorino Lastarria 276. www.bocanariz.cl