La mujer que mira se llama Anna Fox (Amy Adams), una psicóloga que padece agorafobia y le teme a los espacios abiertos, por lo que hace semanas que no sale de su casa amplia y de varios pisos; en ese lugar se cobija, recibe al psiquiatra, toma medicamentos, se emborracha con vino tinto, alucina con las culpas del pasado y su única compañía es Punch, un gato blanco.
El personaje de Amy, que nunca deja de ser filmado y siempre está en plano, es la gran protagonista de la nueva película de Joe Wright, el director de “Las horas más oscuras” (2017), “Orgullo y prejuicio” (2005), “Anna Karenina” (2012) o “Expiación” (2007), solo que ahora no tiene un fondo literario de hace décadas o siglos, sino un best seller del 2018 en Estados Unidos: “La mujer en la ventana” de A.J. Finn, seudónimo del editor Daniel Mallory, seguramente exeditor.
En la vereda del frente está lo que Amy observa, los departamentos de un edificio y la casa a la que se acaba de mudar un matrimonio y su hijo de quince años, Ethan (Fred Hechinger), que la visita y le trae un regalo de su madre, como señal de buena vecindad de los que acaban de llegar a Manhattan: son los Russell, de Boston.
Amy, desde el primer piso, el segundo y con la ayuda del teleobjetivo de una cámara fotográfica, descubrirá los secretos de la casa del frente, que de distintas maneras cruzan la calle y la envuelven y confunden.
En los alrededores, como secundarios, Gary Oldman y Julianne Moore, en una secuencia breve, pero con la poderosa energía de una muy buena actriz.
El otro personaje debería ser la casa donde Amy vive enclaustrada y sospechando de todos, incluso de sí misma, pero esos espacios cerrados apenas desprenden amenaza y atmósfera, y el reemplazo son un puñado de golpes de efecto, lo que no habla bien de Joe Wright.
El otro dato es que a Anna le gustan las películas, posee una colección de DVD y la televisión permanece encendida no con nada baladí, sino con clásicos: un segmento de “Laura” (1944), alguna frase de Lauren Bacall en “La senda tenebrosa” (1947) y dos títulos de Alfred Hitchcock, para porciones mínimas de “Cuéntame tu vida” (1945) y “La ventana indiscreta” (1954), porque “La mujer en la ventana” no es un remake de un título en particular, pero esas películas son notas a pie de página, por algo están y sin duda son aspiracionales, de lo que se quiere contar: la obsesión como laberinto de espejos, el cambio de identidad, el calvario de un amor necrofílico o bien el vértigo, errores y pecados del que mira.
Dicho así parece como mucho, pues bien, eso es lo que ocurre con “La mujer en la ventana”: se desfonda por la sobrecarga de aspiraciones, y como no logra procesarlas, pierde la vergüenza y elige una ruta de salida intragable y decepcionante, con un plano sanguinario como souvenir.
Joe Wright, con ese final, quizás refleja la desesperación por huir y terminar rápido un proyecto que no es de sus dominios y que no debió aceptar.
“The woman in the window”. EE.UU., 2021. Director: Joe Wright. Con: Amy Adams, Gary Oldman, Julianne Moore. 101 minutos. Netflix.