“Monster” fue estrenada en el Festival de Sundance el 2018, esperó largos dos años para su estreno mundial por Netflix y al comienzo está el cine: el profesor Leroy Sawicki (Tim Blake Nelson) comenta la película japonesa “Rashomon” (1950) y las distintas formas de mirar y contar una historia. Entre sus alumnos figura Steve Harmon (Kelvin Harrison Jr.), un joven de 17 años que sueña con ser cineasta y que junto a su familia vive en un barrio, el de Harlem en Nueva York, desde donde se cuenta la historia.
La película, en un comienzo, parece inclinarse por un cine dentro del cine que se construye con distintas imágenes: lo que filma el protagonista con su celular; lo que registran las cámaras de seguridad de un almacén, para el robo y asesinato de un comerciante latino; y a veces el estudiante, con una voz en off profunda y dramática, afirma que “Monstruo” y sus etapas de cárcel, acusación y juicio, serían la película escrita y dirigida por el personaje de Steve Harmon, por tanto es un proceso creativo, culminación de peripecia vital y ensayo cinematográfico testimonial.
En este punto no se puede huir del cine, porque se trata de streaming en alguna pieza de la casa, pero cualquier espectador avezado entiende lo temible de la encrucijada: acá no hay una película, sino una amenaza.
Lo anterior, afortunadamente, no sucede y la maldición de estar frente a una tesis filmada y dictada, además con cierta vocación experimental, se disuelve.
Superada la falsa alarma, la película avanza con respiro y alivio, porque la ópera prima de Anthony Mandler, un director de decenas de videoclips y algún documental musical, se queda en la amenaza, pero no se convierte en un monstruo de lata y latón.
Es decir, los personajes adquieren de a poco vida propia, tanto Steve y sus gritos y desesperación, como su padre (Jeffrey Wright), que quizás no duda del sistema, porque es un profesional exitoso, pero sí de algo impensado: de su hijo.
Y también King (ASAP Rocky), ese joven de la calle, entre el rango del conocido ocasional y el cómplice, también ocasional, que le muestra a Steve lo que no se ve tan fácilmente: la delincuencia incrustada en el barrio de Harlem.
“Monster” lima las caricaturas y la historia se estiba con uno de los escenarios tradicionales del cine estadounidense: una corte de justicia, con el juez por lo alto, los fiscales y abogados defensores al frente, el jurado en un estrado y el público al fondo, escaso y todos familiares de los acusados.
También ingresa la ambigüedad al relato, pese a los cargos del fiscal, que alarga el brazo, estira el índice y señala a Steve Harmon, para que convivan las alternativas de una historia con suspenso y algo por resolver: joven, negro, criminal, inocente, monstruo.
“Monster”. EE.UU., 2018. Director: Anthony Mandler. Con: Kelvin Harrison Jr., ASAP Rocky, Jennifer Ehle. 112 minutos. En Netflix.