Fue desde el local de Ñuñoa que se pidió esta bacanal de la sanguchería, pero hay que consignarlo: la experiencia en otros locales, por lo menos en tiempos premascarilla, ha sido siempre pareja. Tanto en Bellavista como en La Dehesa —hay otro local en Parque Arauco— no ha habido forma de alegar (aparte de una salsa tártara medio sosa). La calidad es la misma, la atención es harto diestra y la decoración… ya, a no deprimirse, por favor. Mientras tanto, los empaques están bien, con un envoltorio cuidadoso de papel para cada hamburguesa. Pero una observación: tener que traducir una letra de doctor en el borde de cada caja para saber cuál era cuál, mejor que no. Un sticker impreso que sea. Además que la sensibilidad animalista es cosa seria y si uno se equivoca al intercambiar vaca por garbanzo al momento de servir… puede correr sangre (o savia, ojoj).
Para empezar, los característicos aros apanados de cebolla de Uncle Fletch ($4.500), hechos efectivamente con un corte nada fácil del tubérculo, porque esto no es trupán de cebolla. Solo por esto, por mantenerse firmes en la dificultad y ofrecer un sabor único, ya son admirables.
Luego, porque los lunes hay precios rebajados para lo que no muge, una The peace and love (de $4.600 a $7.500), hecha de quínoa y poroto negro, con queso de cabra y una sentadora salsa de betarraga, aparte de unas hojitas de rúcula. Y ese es otro detalle: siempre son cuidadosos en el tema con clorofila (y sus papas fritas siempre crujen, también). La otra fue una NOT original cheese burguer (de $4.000 a $8.500) que, nos perdonarán, pero NOT gustó mucho. Porque tiene un sabor algo intenso, como a cecina, como un doppelganger de carne, mientras que su queso cheddar vegano sí era un clon más que decente, complementado con cebolla salteada y rúcula de casting.
Siguiendo, aparte de uno de pollito, el The coronel Sanders ($8.500), con plumífero bien crocante, sus verduritas y su tocino, dos clásicos del lugar: la The blue cheese supreme ($7.900), con salsa de queso azul, cebolla caramelizada y hojas de espinaca que nunca, en más de una docena de veces, han salido ni lacias ni tristes. Y la The New York style ($7.900) con queso, cebolla, lechuga, tomate, pepinillo y salsa golf.
Como no era día de dieta, se finalizó con un trozo de cheesecake de Oreo ($3.500) y un Decadent fudge brownie ($3.500), estupendamente bautizado. Denso y cero light.
Días después de esta experiencia lanzaron en Uncle Fletch un sándwich de pescado frito y una promoción ajena a la cordura llamada “Bella durmiente”. Se trata de cuatro hamburguesas cubiertas de uncuantohay de cosas ricas y chanchas, “durmiendo” sobre una cama de papas fritas.
De cuento. Para la próxima.