El director estadounidense Aneesh Chaganty, nacido en Redmond, por el Estado de Washington, y educado en California, alcanzó notoriedad con su primer largometraje, “Buscando” (2018), donde construyó una película con imágenes que provenían de la pantalla de un computador o de un celular, por donde un padre desesperado rastreaba el paradero de su hija desaparecida en el universo de las redes sociales.
“Corre” se inicia con la desesperación de una madre y con el informe médico después del parto, que acaba de acontecer: la pequeña niña resiste entre tubos y mangueras, debido a que nació con asma, diabetes, arritmia y parálisis, entre otras debilidades.
En la secuencia que viene, Diane (Sarah Paulson), en una reunión de terapia colectiva con otras madres, explica que está tranquila y esperanzada, porque su hija Chloe (Kiera Allen) postuló y está esperando que alguna universidad la acepte.
Han pasado 17 años y Chloe vive con Diane en una casa lejos de la ciudad, postrada en una silla de ruedas y repleta de los medicamentos que le suministra su madre.
En el único viaje a la ciudad van al cine, pero terminan discutiendo en una farmacia, donde la dependienta se llama Kathy Bates (Sara Sohn), lo que se cataloga como referencia, homenaje o guiño a “Misery” (1990), donde James Caan era el escritor postrado y la actriz Kathy Bates su admiradora y celadora.
No hay más alcances de este tipo, al menos no tan visibles, y tampoco la ilusión de conectarse con algo como “¿Qué pasó con Baby Jane?” (1962), pero aquí está el asunto general: una madre oculta algo y una hija lisiada descubrirá el terrible secreto.
Lo otro que hay que saber es que Kiera Allen, que debuta en un largometraje con esta película, se accidentó hace un par de años y en la vida real necesita una silla de ruedas, acaso similar a la que utiliza su personaje Chloe, una adolescente que intuye que algo raro ocurre con su madre, luego lo sospecha y finalmente lo teme.
Lo más meritorio de “Corre” son las largas secuencias donde Chloe, arrastrándose por un techo, reptando por el suelo o cayendo de bruces por las escaleras, intenta el escape.
Y lo más hábil, pero insuficiente, es el tiempo que se toma “Corre”, para descubrir el secreto, algo que provoca cierto suspenso y sobre todo curiosidad, lo que demuestra dos cosas: Aneesh Chaganty tuvo conciencia de su material, pero le faltó osadía.
Resolver la curiosidad implicaba descubrir de inmediato la arquitectura de la película: una tontería de cabos sueltos que además se gotea.
Explicar y hundirse es una sola cosa.
La película dura 90 minutos y Chaganty, a sabiendas de la naturaleza raquítica, aguantó hasta los 60, pero le quedó la media hora peor. ¿Por qué no quedarse callado hasta los 80 o los 85? Incluso habría sido preferible la opción de no explicar nada de nada, con la osadía del final abierto que se llama. Tipo europeo.
“Run”. EE.UU.-Canadá, 2020. Director: Aneesh Chaganty. Con: Sarah Paulson, Kiera Allen, Sharon Bajer. 90 minutos. En Netflix.