Acaso el mejor chiste de esta película juvenil está en un personaje del reparto, donde Mitchell Wilson, campeón del equipo y un estudiante machista y arrogante, es interpretado por Patrick Schwarzenegger, hijo de Arnold, y sin duda una coincidencia, que tampoco da para dobles lecturas.
La historia se basa en una novela de Jennifer Mathieu, periodista y profesora, que escribe de lo que más sabe: una escuela pública, la de Rockport, y se concentra en un curso mixto, andan por los 16 años, y muchas de las jóvenes malviven con la situación y aceptan un régimen de micromachismo, pequeños malos tratos y violencia disfrazada.
No hay drama en “Moxie”, existe hacia el final una confesión dramática y hay racismo y clasismo, pero no llegan a dominar el relato, porque lo que prima es un tono de comedia leve y ligera, para una toma de conciencia feminista e incluso revolucionaria, donde no hay discursos ni lecturas y tampoco mucho conocimiento de nada.
Amy Poehler, directora, actriz y comediante, interpreta a Lisa, la madre de la protagonista, Vivian (Hadley Robinson), estudiante temerosa, quitada de bulla y preocupada de cómo ingresar a la Universidad de Berkeley en el futuro, pero la llegada de una nueva compañera, Lucy (Alycia Pascual-Pena), le despierta primero curiosidad y luego compañerismo.
Acaba de terminar el verano y el profesor, en el retorno a clases, les pide comentar el libro que debían leer: “El gran Gatsby”, ante lo cual Lucy protesta, porque hace años que dan las mismas lecturas: blancos ricos escriben sobre blancos ricos.
“Moxie”, a partir de esos comentarios, podría ser más aguda, crítica y agresiva, pero la película no se despega del registro comedido para una comedia escolar y adolescente: primeros amores, amistades que se trizan, fiestas algo desmadradas y alguna conversación de madre e hija, donde Lisa descubre su pasado de estudiante contestataria.
“Moxie” se mantiene en el tono menor de las clases y sus días, y en esto es coherente: denuncia lo cotidiano y lo que es costumbre, aquello que aún no califica como abuso y describe un régimen, liderado por la directora Shelly (Marcia Gay Harden), que hace la vista gorda y prefiere camuflar la situación.
Lo que cambia el estado de la cosa es una revista mínima llamada “Moxie”, de autora o autores anónimos, que se reparte en los baños del colegio y que de a poco despierta la adhesión femenina, también alguna masculina, y después viene la protesta.
No es una gran película, pero es una marca de los tiempos y de los acomodos de la industria y del público.
La comedia estadounidense escolar y adolescente de otras décadas, repleta de coprolalia, machismo, bullying y abusos, y quizás por eso hilarante y popular, hoy es un género impresentable y está en el panteón del cine que es maldito o bendito, según cambia la mentalidad y pasan los años.
Moxie. EE.UU., 2021. Directora: Amy Poehler. Con: Hadley Robinson, Lauren Tsai, Alycia Pascual-Pena. 111 minutos. Netflix.