El Dr. Daniel Serafini, profesor de la USACh, habló el miércoles en una sesión sobre el hidrógeno verde de la Comisión Desafíos del Futuro del Senado. Pidió “educar al soberano”. Porque sin un soberano abierto al tremendo cambio que traerá para Chile esa tecnología, no habrá salto.

El soberano es el pueblo, dijo.

Hoy, que comienza el Congreso Futuro, es nuestra ocasión para ser educados. Más aún, en fase 2, en incertidumbre.

El Congreso Futuro es la conferencia de ciencias y creatividad más importante del país, especialmente porque “el soberano” asiste en masa. Me instalaré a verlo como en una maratón de Netflix.

Hoy a las 10, David Quammen, autor del libro “Contagio”, contará cómo el intercambio de genes entre los seres vivos —incluso entre plantas y animales—, ha ocurrido desde que existe vida. Existe la transferencia horizontal de genes, de un virus a un ser humano, por ejemplo. Así trabaja la evolución.

Quammen, muy entretenido, publicó en 2019 “El árbol enmarañado, una nueva y radical historia de la vida”, que sirve de base a “Contagio”. Cuando la periodista Paloma Ávila en CNN le preguntó hace poco cuándo podríamos esperar una nueva pandemia, él respondió: “¡Mañana!”.

Le seguirá un panel, “El salto al vacío”, con el filósofo y biólogo Ricardo Rozzi abogando por los virus, las bacterias, en el mundo interconectado. Lo acompañarán dos pesos pesados, una es Rachel Bronson, que lleva años en la publicación “Bulletin of The Atomic Scientists”, fundada en 1947, y que cada enero publica un reloj que marca la incertidumbre nuclear y climática.

En el reloj, el horario está en las 12; el minutero, cambia. En 1991, con los tratados de control de armas, el reloj marcó 11:43; en 2020, 100 segundos para las 12, a instantes del desastre total.

El otro importante, el sociólogo alemán Hartmut Rosa, autor del libro “Resonancia”, apunta a esa relación activa que no es verbal, entre seres, o con el mundo. Resonancia como en la música. Que nos llena, en la relación.

Mañana a las 14 hablará Martine Rothblatt. Experta legal y tecnológica en satélites, millonaria; cuando vive la enfermedad de una hija, busca una medicina, obtiene su aprobación, funciona, la comercializa.

Y luego, ante la falta de órganos para trasplantes, invierte en el uso de órganos de chanchos en seres humanos. Llena de proyectos, transitó del género masculino al femenino sin perder a su pareja ni a sus cuatro hijos.

La seguirá el foro sobre el hidrógeno verde, foco del Senado y del Ministerio de Energía, porque Chile podría, con esa tecnología, entregar la energía que necesita toda la población de la Tierra.

El Dr. Serafini, citado al comienzo, recordó una frase que se aplica a esta semana: “no crezcamos para el desarrollo, desarrollémonos para crecer”.

El Congreso Futuro abre nuevas perspectivas, algunas muy rupturistas, pero abiertas al pensar, al crear, al conversar.