En el siglo pasado, la esquina de José Manuel Infante y Clemente Fabres fue sede de un supermercado familiar, el de los Brusoni (con don Nino en la caja). Luego se instaló allí un buffet de productos bivalvos y con agallas —el Mar de Viña, hoy frente a la plaza Pedro de Valdivia—, hasta que llegó su actual habitante. Se trata de La Popular, una amasandería con su cuota de cocina que nació —y sigue viviendo— en calle Bilbao, y que en plena pandemia fue acomodándose a estos tiempos difíciles y a esta nueva casa y filial.
Actualmente atienden en unas mesas instaladas por Infante, y en otras pocas más en su interior, bien distanciadas bajo el amplio techo del lugar. Porque el look aquí es industrial.
Y si bien ofrecen otras posibilidades a la mesa —con harto huevo enchulado, albóndigas mejoradas o alguna burrata 2.0—, se optó por la mano amasadora en esta ocasión, con cuatro pizzas y una abundante bollería dulce.
La mejor de las pizzas probadas fue una que combina queso de oveja con zapallito italiano rallado, con unos toquecitos de otro queso (el feta) y cebolla morada encima: la zucchini oveja ($9.000). Se trata de una de esas iluminaciones que obligan a volver, solo para reincidir con esta mezcla entre lo intenso/pesado y lo crudo/fresco. Otra de sus pizzas que también es de aplauso es una con harto champiñón en láminas, nuevamente por el lado de la intensidad del sabor ($9.000), marcado también por el queso utilizado. Más clásica, y con una sabrosa capa de salsa de tomate y sus hojitas huachas de albahaca sobre harto queso, la margarita ($7.000), mientras la última, la vegana… tal vez es demasiado relleno el de berenjena, zapallito, champiñón y pimentón, casi como un guiso servido sobre un plato delgado de pan ($8.000). Un tanto descompensada. Y para otra vez quedará lo debatible: el borde de estas pizzas, muy en el estilo algo rústico de la panadería de La Popular. Es una mano que tiene su público y es un estilo, pero si no quiere estresar a la bisagra de la mandíbula, dese por advertido.
Para completar este pedido con una mordida más suave, un bollo dulce (con su algo de canela, y naranjoso también, a $1.800), un croissant de almendras y otro con manjar ($2.500 cada uno), un pan con chocolate ($1.800) y unos galletones que llevan a reformatear el cerebro —el de chispas de chocolate y otro de avena y pasas—, porque en estos otros círculos de masa se encuentra también el porqué de la existencia de lugares como este, en los que definitivamente manda la harina.
José Manuel Infante 1232. www.lapopularpizzaypan.cl