Es un error entender la expansión del universo como si fuera una bomba que, desde un centro, explota material hacia el espacio.
La semana pasada, el investigador del departamento de astronomía de la U. de Concepción Dr. Wolfgang Gieren recibió combustible para precisar la expansión del universo.
El espacio no está afuera, sino que adentro, y se estira junto con toda la materia y antimateria del universo. Necesitamos medir con exactitud este cosmos en expansión.
Al Dr. Gieren y compañía, el Consejo de Investigación Europeo le adjudica 14 millones de euros, unos $12.512 millones chilenos. Para medir y, en 6 años, saber mejor dónde estamos, hacia dónde vamos.
El investigador de la U. de Concepción trabajará con:
El Dr. Pierre Kervella, del observatorio de París, experto en la información del satélite Gaia (https://bit.ly/3k2Stxs), lanzado en 2013, que precisa las distancias de los componentes de la Vía Láctea y revela la posición y el brillo de 1.700 millones de estrellas.
El Dr. Grzegorz Pietrzynski, del Centro astronómico Copérnico, el mejor experto en mediciones ultraprecisas mediante estrellas binarias eclipsantes (https://bit.ly/2I8W546), método que, desde 1995, consigue calcular con una precisión de un 5% de margen de error las distancias a galaxias.
La Dra. Bozena Czerny, del Centro de física teórica de la Academia polaca de ciencias, autoridad mundial en el uso de los núcleos activos de galaxias (https://bit.ly/3l4M7yL) en la medición de distancias cósmicas.
Nuestro astrónomo de Concepción lleva más de 20 años estudiando las cefeidas, astros que pulsan, faros para medir con alta precisión las inmensas distancias.
Cuando Alexander Friedmann, astrónomo ruso (1888-1925), estudió la relatividad de Einstein, dedujo que el universo debería o contraerse o expandirse. Ideó un modelo para la expansión y consiguió que Einstein lo viera. El alemán debió cambiar su visión: el cosmos no es relativo y estático, sino relativo y dinámico.
Necesitamos una huincha para medir todo esto. Los astrónomos perfeccionan instrumentos para calcular. Instalarán un telescopio de 2,5 m en el Cerro Armazones, frente a Paranal, del Observatorio Europeo Austral.
En 2019 un equipo, incluido Gieren, calculó con precisión del 1% de margen de error una unidad de medida, como un tramo en una escalera: nuestra distancia a la Gran Nube de Magallanes.
Esta Gran Nube, explica el Dr. Gieren, es el punto cero de nuestra escala de distancias. Para conocer cuán apartada está alguna galaxia lejana, primero comparamos esa separación con la distancia conocida a la Nube de Magallanes; después, transformamos el resultado en una distancia absoluta (en años-luz, o en km, o en metros).
Si las mediciones nuevas pelean con las medidas que hoy se creen correctas, habrá que idear una física que reexplique el cosmos.
“Es una gran alegría y orgullo para la Universidad de Concepción”, dijo la Dra. Andrea Rodríguez, vicerrectora de investigación. Se une, como antes lo hizo Mario Hamuy, a una indagación de siglos.