Cuando en una carta ponen que, igual, por la costumbre de los chilenos, ofrecen de esos wantanes “con menos carne que rodilla de canario”, ya se anotaron el punto humorístico. Uno que hay que mantener en alto, considerando que esta chifa —esa sabrosa mutación chino-peruana— abrió precisamente en estos días aciagos. Y como su cocina está harto buena, intensa y bien distintiva (considerando, además, la gran competencia en lo chino y en lo peruano), hay que reconocerles que el mismo coraje frente a la adversidad se les nota en la cocina. Porque no es cualquier chifa.
Para empezar, unos wantanes de esos de verdad, pues, rellenos de chanchito y cebollín ($3.100), bien fritos y crujientes, con salsa de tamarindo. Para los rollitos primavera Capón ($2.900), rellenos de un salteado maravilloso, digamos que llegaron bañados en la salsa de limón y canela china que era para mojarlos uno mismo y de a poquito. Les penó un pedacito de scotch en el pote, jóvenes.
Se pidió un arroz chaufa de vegetales ($3.300), módico y sabrosísimo (como todo, la verdad). En la carta de su sitio aparecen unos tallarines salteados con verduras, pero no en las opciones del delivery, lo que dejó postergado y debajo de la mesa al segundo vegetariano del hogar (considerando el chanchito del logo, tampoco es que tuviera mucha fe en el pedido). En cambio, el ala carnívora fue debidamente recompensada con unos tutos cortos de pollo salteados en cebolla y con una salsa sutilmente picante y suavemente dulce (chicharrón de pollo zarpao, $5.900). Roguemos por que nunca opten por usar pechuga. Y su chanchito agridulce ($8.200) debe ser de los mejores de Santiago, con abundante y colorido pimentón, piña, durazno y hasta unas vainitas chinas (tan escasas que son), con los trozos del animal bien arrebosados y fritos. ¿Un arrocito blanco como para acompañar? Es la humilde sugerencia.
Para llenar los últimos huequitos, un aeropuerto ($5.100). En este caso, una versión más finita de este plato muy pop que combina arroz salteado con fideos (es mega ultra llenador). En este caso, la parte tallarinesca se incluyó en versión frita y no tan abundante, más como invitado que como protagonista. En medio, mezclados, huevo, camarón, pollo, chancho y dientes de dragón. El resultado es una mezcla que resulta imposible de dejar de comer. Porque tienen buena mano en este local de calle Nataniel.
Nataniel Cox 937, Santiago. +56 9 62396672 y www.chifacapon.cl