En medio de esta tormenta perfecta para la gastronomía, apareció El japonés. Con más de un local —un par en malls y otro en Plaza de Armas—, ha dado sus primeros pasos sobre un territorio realmente inestable, con buenos resultados y una apuesta por lo japonés que de verdad es para aplaudirlos (aunque esas “gyozas California” en su carta hagan dudar un poco). En fin. La verdad es que su “creatividad” moderada (con bautizos en rolls como Naruto o un plato para niños llamado Genkidama: guiños para lectores de manga) se compensa con platos como su curry. Uno hecho a la usanza nipona, con esa singular textura algo arenosa y apenas picante, con papas y zanahorias y la proteína a elección (en este caso pollo, a $3.900, kare rice). Un plato más hogareño que para la foto. Y es esa opción, más ética que estética, la que hace diferente a esta cadena.
Para comenzar, unas gyozas de masa fina, rellenas de chancho y repollo (las buta, $3.600). Algo grandecitas, con tiritas de cebollín y sésamo como adorno. Y lo más triste de esta experiencia: en vez del plato para el infante (léase el mañoso), que eran una alitas agridulces con arroz (debasaki, $3.900), llegó un roll frito en panko y relleno de salmón. Rico, pero hubo que improvisar, porque el error generó un problema no menor (y macarrones con queso de emergencia, nuevamente).
Sobre el resto, sí llegó lo pedido. Carne de chancho apanada (tonkatsu, $7.900), con su arroz y una ensalada no menor de lechuga y tomatitos como acompañamiento. A la par, un roll que lleva por nombre el del local, el avocado El japonés ($5.900), relleno con camarón, palta y —estas son las diferencias— espinaca, con su capa de palta en el exterior y, pese a sonar dulcemente terrorífico (amenazaban con salsas teriyaki y, además, tonkatsu), el shock diabético no se produjo. Además, venía en una cajita perfecta, y no adocenado como ocurre demasiadas veces.
Terminó el pedido un shoyu ramen ($5.900). Con poco caldo —entendible, por el tema del traslado—, el medio huevo a punto, dientes de dragón y algo de alga. Nuevamente con un acento bien claro en la fidelidad por el nombre.
En Mall Plaza Egaña, Plaza Oeste y Plaza de Armas, por Rappi.