Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile, e Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, convocaron a la ciudadanía y a sus casas de estudio a conversar.
Se les unieron otros líderes, otras autoridades.
Universitarios se reunieron a conversar.
La iniciativa está en marcha. Yo ya participé y espero seguir participando.
Cualquiera puede hacerlo; anónimamente, si quiere.
Miro la gesta pública. El alboroto me hace sentir como cuando niño, más tímido, más flaco y más pequeño: en el recreo, me acercaba a un grupo de compañeros e iba quedando afuera. Quería ser tomado en cuenta.
Hoy cuento con amigos y amigas y con una historia personal y social que me permite opinar. Como todos.
Los rectores instalaron una gran mesa pública, una olla común. Está en: www.participa.tenemosquehablardechile.cl… redactada con cuidado, es muy inclusiva. Abre la conversación en 18 temas. Ya contesté el tema de educación. Participaré en los otros.
Los que están abiertos son:
1) Pobreza, 2) Ciudad y barrios, 3) Instituciones del Estado, 4) Educación, 5) Crecimiento económico, 6) Salud, 7) Ciudadanía, y 8) Bienestar.
Están en preparación:
9) Producción sostenible e infraestructura, 10) Seguridad social, 11) Género, 12) Desigualdad, 13) Sostenibilidad y cambio climático, 14) Infancia, 15) Trabajo, 16) Pueblos originarios, 17) Inclusión e integración social, y 18) Arte y cultura.
Desafiante temática. Como para invertir una tarde respondiendo, desde la propia experiencia, y ser protagonista. Ahora, con urgencia, para marcar otro tono.
Por supuesto, faltan temas. Me gustaría opinar sobre las utopías y la trascendencia. O un gran tema sobre los desafíos de la informática. No está, salvo indirectamente, la familia. Tampoco hay referencias a la convivencia internacional, a la defensa, a los bienes comunes como el océano, el espacio, los polos.
Cada cual podrá imaginar áreas que precisar. ¿Las finanzas, la agricultura, la minería, la investigación científica, el deporte, la pesca, la justicia, la astronomía, la filantropía, las iglesias?
Faltaría, al final, consultar: ¿sobre cuál otro tema le gustaría conversar?
Ennio Vivaldi e Ignacio Sánchez, en representación de sus centenarias casas de estudio, nos sientan a una mesa común.
Me gustó mucho responder el cuestionario de educación, que me hizo también reflexionar. Una de las últimas preguntas me pareció extraordinaria: ¿qué rescataría y qué eliminaría de su propia educación secundaria?
Recordé cuando superé el sentirme al borde del grupo. Tuve amigos y voz: se lo debo a algunas profesoras y profesores.
Urge conversar. No a gritos. No a estallidos. No en redes sociales. Esta es la manera que yo encuentro más viable de sentarse a la mesa. De ser escuchados.
Al final, tras responder, uno recibe la invitación a seguir las próximas etapas. A no tirar la esponja.
Tenemos que hablar de Chile.