Debí desempolvar el libro Kon Tiki por Thor Heyerdahl, ese charlatán noruego que en 1947 navegó desde Perú hasta las islas Marquesas en una embarcación prehistórica.
Charlatán parece que no era: su hipótesis, que Isla de Pascua y la Polinesia fueron poblados desde América del Sur, acaba de recibir un impulso genético.
Científicos de universidades clave, incluidas la U. de Chile y la UC, publicaron su descubrimiento en la última edición de “Nature”.
Aportó mucho el Dr. Ricardo Verdugo, del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile. Él dirige “Chilegenético”, la catalogación de los distintos ADN de la población chilena.
“El Mercurio” divulgó el detalle de la investigación: navegantes nativos, del pueblo zenú, habitantes hoy de la costa de Colombia y Ecuador, habrían alcanzado el año 1150 las islas Marquesas, 7.035 km océano Pacífico adentro.
Calculan la fecha midiendo, en los habitantes de las Marquesas, los fragmentos de ADN que corresponden al pueblo zenú; los fragmentos se acortan con cada generación.
Esos zenú engendraron hijos, a quienes traspasaron su ADN y su pericia de navegantes.
A las islas polinesias mayores, como Tahiti, llegaron esos navegantes entre los años 1150 y 1230.
Aproximadamente en 1230 desembarcaron en nuestra Rapa Nui. Aquí, los investigadores encontraron seis personas con fragmentos de ADN zenú y sin ADN de grupos llegados desde América. Fue la ganzúa que abrió la compleja genealogía del poblamiento de Rapa Nui.
Lo más que he navegado a vela han sido los 51 km entre Algarrobo y Concón. Tomó una noche. Entre Rapa Nui y Coquimbo hay 466 km, nueve veces más. Chile continental mide 4.270 km.
Imagino navegar los 7.035 km entre Colombia y las islas Marquesas, y no precisamente en un yate.
Y luego, los 1.418 para alcanzar Tahiti. Entre las islas Marquesas y Rapa Nui hay 3.740 km.
Falta determinar la secuencia de los viajes. Tal vez los polinesios alcanzaron Sudamérica y llevaron miembros del pueblo zenú de regreso a las Marquesas. Tal vez se deba estudiar la primera migración desde Asia a la Polinesia, entre 1500 y 800 a.C. Pero que hay pistas genéticas, las hay.
Y, además está el camote, originario de Sudamérica, que llegó a Polinesia antes que a Europa. ¿Y cómo viajó la gallina araucana al sur? Llegó a Chile entre 1304 y 1424, y su genética coincide con la de gallinas polinesias de Vanuatu, Tonga y Samoa, al centro del imperio navegante Tu'i Tonga, que se expandió entre 1300 y 1400.
Y están los rastros lingüísticos; conocí una investigación que mostraba que, en las lenguas de casi todas las costas del océano Pacífico, la segunda persona singular, el tú, sonaba parecido, con su “u” en forma de beso.
Tal como escribió Thor Heyerdhal en 1984: “El océano ha sido la carretera del ser humano desde los días cuando construyó las primeras boyantes naves, mucho antes de que domara al caballo, o inventara las ruedas, o cortara caminos a través de las selvas vírgenes”.
Nada de charlatán.