Después de esta pandemia, en la que todos hemos tenido que reinventarnos para afrontar una situación muy difícil, muchos se han planteado hacer cambios profundos en la educación. Entre ellos, una voz que se ha levantado con fuerza en defensa de los niños, es la del educador italiano Francesco Tonucci, quien se define como “niñólogo“. Él dictó una conferencia por Zoom para Chile, auspiciada por Educar Chile y Grupo Educativo, entre otros, y en los temas que abordó está la pregunta: ¿se podrá reinventar la escuela?
Con ironía responde afirmativamente, diciendo que tiene esperanzas de que se puede, porque al parecer el virus será más poderoso que los pedagogos que han intentado un cambio desde hace mucho tiempo, pero sin éxito. Francesco Tonucci aboga por aumentar el protagonismo de los niños, pidiéndoles y escuchando sus propias opiniones. En su conferencia da cuenta de una investigación realizada durante la pandemia, en que se preguntaba a los niños: ¿cómo lo estaban pasando y qué pedían a las autoridades? A lo que los niños respondieron, en primer lugar, que extrañaban mucho a sus amigos. Por cierto, los niños de hoy tienen pocas oportunidades de hacer y tener amigos y solo se encuentran con otros niños en la escuela.
En segundo lugar, respondieron que les gusta pasar más tiempo con sus padres. Esto es verdadero también en Chile, pero en mi experiencia, muchos se quejan del aumento de las discusiones y descalificaciones entre los padres. Esto es comprensible y esperable en una convivencia 24/7. Es importante ser cuidadoso con lo que se dice y cómo se dice. Hay cicatrices que son difíciles de borrar y las peleas entre los padres, especialmente cuando son muy violentas y frecuentes, hacen sufrir mucho a los niños. El tercer punto es que están cansados de las tareas. Encuentran que son muchas y muy aburridas. Los niños quieren y necesitan más tiempo libre para jugar y desarrollar su creatividad y su posibilidad de ser más autónomos.
El cambio no es una elección, sino una necesidad, y hay que hacerlo escuchando a los niños. Uno de los objetivos debería ser la conquista de una mayor autonomía en lo que quieren aprender. No todos los niños tienen que aprender lo mismo, sino que tenemos que darle a cada uno la posibilidad de desarrollar al máximo su potencial.