Qatar, en el Golfo Pérsico, organiza el próximo mundial de fútbol, invierte en Latam, en la camiseta del Barcelona. Qatar es un miniterritorio con grandes reservas de hidrocarburos y que quiere invertir en un futuro pospetróleo.
La Fundación Qatar auspició el seminario por YouTube “La educación desbaratada, la educación reimaginada”; duró desde el martes al jueves pasado (ver en https://bit.ly/2Z4oqNm).
“La educación no es el problema, sino la solución”, dijo Gordon Brown, enviado especial de la ONU para la educación global.
Los expositores proponían arriesgar innovaciones en educación, ¡ahora!; si no, ¿cuándo?
Recurrir a juegos, multimedia (la radio también), internet (donde se pueda, el 88% de los hogares en los países pobres no tiene conexión). Focalizarse en las comunidades, responder a sus peticiones, no a un currículum europeo.
Responderles a las mujeres. Safeena Husain, directora de “Eduquemos a las niñas”, lleva 5 años trabajando en aldeas remotas en India. La pandemia trae pobreza, bloquea la educación de las mujeres, dice.
Safeena contó de Gita, una chica a punto de salir de educación media. La pandemia la circunscribió a su casa, donde las niñas no deben hablar por celular (suponen que coquetea con un chico). Ella fue sorprendida tipiando un mensaje de texto para una amiga: su padre la increpó, su hermano la abofeteó. Gita intentó envenenarse, en el hospital la salvaron. Pero esa misma semana tres chicas siguieron su ejemplo.
Gita demuestra que la pandemia amplía la inequidad. En su aldea, los padres comprometen en matrimonio, a veces a los 7 años, a las niñas. En sus casas, las chicas cocinan, pero son las últimas en comer… las sobras. Sufren hambre. La educación queda cada vez más lejos.
En esta crisis, dice Safeena, hay que integrar a las mujeres a la educación. Cerró con “Yo soy Safeena Husain y yo educo chicas”.
Otra oradora, la famosa Fatma Al-Remaihi, directora del Instituto Fílmico de Doha, la capital de Qatar, diseñadora gráfica y pintora, licenciada en literatura inglesa, sacó la educación de la sala de clases. Habló de cultura (ver https://bit.ly/2NwMmUl).
Para Fatma, la pandemia espoloneó la creatividad: surgen nuevos formatos de cine y de festivales: las plataformas digitales se integran a nuestro futuro. Los cineastas de todo el mundo crean desde esta situación única. Dijo:
“Nos hacemos más fuertes cuando colaboramos, esta era nos fuerza a bajar las barreras físicas y culturales. Todos somos experimentos sin rumbo fijo.
“La pandemia nos abre la mente para volvernos definitivamente más perdonadores. Porque todos debemos unirnos en pro de nuestro futuro”.
El cine crece cuando logra la conexión personal. Cuenta historias.
Sintetizo a Fatma: Colaborando entre nosotros, una comunidad global de pensantes, soñadores y contadores de cuentos… con cine y artes que tienen el poder de ir más allá del entretenimiento —en un nuevo mundo que refleja esa ansia de conexión que encontramos junto a otros… las historias son más universales que nunca.
Juntos.