Sam Hargrave, el director de “Misión de rescate”, ha sido por años doble de acción y en el oficio ascendió hasta la categoría de coordinador de dobles, donde fue premiado por “Avengers”, dividida en “Infinity War” (2018) y “Endgame” (2019), dirigida por Joe y Anthony Russo, ambos productores de “Misión de rescate” y Joe, además, guionista.
Para Hargrave, con apenas un par de cortos en su currículo, esta fue su gran oportunidad: “Misión de rescate”, con Chris Hemsworth, estrella de la saga Marvel, como protagonista. Y la oportunidad, la verdad, no la desaprovechó.
La tarjeta de presentación del director parte por el minuto 35, con una cámara elástica y sin cortes, probablemente tramposa por lo digital y el montaje imperceptible, pero lo que queda en pantalla es lo que queda: un plano secuencia notable que se inicia cerca de un río y un descampado en las afueras de Dacca, capital de Bangladesh, donde el mercenario Tyler (Hemsworth) cumple su misión y rescata a Ovi (Rudhraksh Jaiswal), hijo de un narcotraficante, que ha sido secuestrado por su rival Amir Asif (Priyanshu Painyuli), denominado el Pablo Escobar de Dacca.
La cámara en mano, en las manos metálicas de un drone o quizás debido a una grúa flexible, sigue el combate de los protagonistas en tierra firme y luego se mete por una ventana al auto del mercenario y el joven de 14 años, que huye veloz por calles estrechas y pobres. A los minutos, la cámara sale del vehículo y se pone a la par de los perseguidores, hay explosiones, vuelcos y luego regresa al interior del auto por la ventana, porque el escape no ha terminado, tampoco se detiene con un choque ni cuando los fugitivos trepan por un edificio.
La cámara, esta vez, olvida el auto, sale a la calle y sube por las escalinatas junto a los policías, pero en algún piso, y después de reyertas y balaceras, se cambia de bando y retorna con los que huyen —Tyler y Ovi—, quienes desde la terraza saltan a otro edificio y ahora bajan y, en algún piso, Tyler se enfrenta cuerpo a cuerpo con un rival que le hace el peso: Suja (Randeep Hooda).
Tyler, a esas alturas, ha matado a unos 65 rivales, que serán como la mitad del total, y la cámara aún no corta y sigue la secuencia: se desploman a la calle, rebotan en el pavimento, continúa el combate, hay un atropello doble y ahora la huida es a bordo de un camión y casi a los 47 minutos, después de doce, termina una secuencia de acción compleja de filmar.
“Misión de rescate” se completa con un segundo acto final sobre un puente, y Tyler, entre medio, sostiene otra lucha cuerpo a cuerpo y le da una paliza a un pandilla juvenil, a la que bautiza como “goonies del infierno”, para dejar instalado un buen chiste.
El resto, es decir, los componentes humanos y emotivos de la historia, no valen nada y son una pérdida de tiempo para esta clase de personajes.
La razón está en la película y en una frase de Ovi, sobre cómo lo miran y se siente: “Más objeto que persona”. Eso es, precisamente.
“Extraction”. EE.UU., 2020. Director: Sam Hargrave. Con: Chris Hemsworth, Rudhraksh Jaiswal, Randeep Hooda. 118 minutos. En Netflix.