Son asombrosas las diferencias en el humor de cómo viven los niños y los adolescentes las diferentes etapas del día. Para algunos, la mañana es un espacio luminoso y creativo, y por la noche sufren un bajón de energía, son los que se conocen como “alondras”. Para otros, en cambio, despertarse por la mañana y levantarse resulta un proceso difícil y abrumador, se sienten desanimados y mal dispuestos para enfrentar el día, pero en la noche se sienten lúcidos, creativos y llenos de energía, son los que se conoce como “búhos”. Se ha agregado a esta clasificación, según los ritmos del sueño, a los “colibríes”, que tienen características menos definidas que los “búhos” y las “alondras”, lo que les permite ser más flexibles y cuyo ritmo es variable.
Cada persona, y los niños no son una excepción, tiene un cronotipo que es un patrón personal de ritmos circadianos que regula el reloj biológico y que influencia fuertemente el ánimo y el comportamiento del que es necesario estar consciente, para poder sincronizar las exigencias a las características que el cronotipo determina en cada cual.
Daniel Pink, un reconocido escritor en temas de motivación y creatividad, en su libro “Cuándo. La ciencia de encontrar el momento preciso”, entrega un enfoque y datos interesantes sobre el momento en que se realizan las actividades y la motivación. Él sostiene que preguntarse ¿cuándo? antes de emprender determinadas acciones o realizar ciertas actividades, puede incidir en forma fundamental en el resultado. Después de analizar estudios de diversas disciplinas, se hace algunas preguntas interesantes: ¿Por qué los comienzos son tan importantes? ¿Cómo sincronizar los tiempos con otras personas? ¿Por qué algunos horarios escolares son un obstáculo para el aprendizaje? ¿Por qué no debemos tomar decisiones importantes en la tarde?, entre muchas otras.
Ayudar a los niños a reconocer cuáles son sus ritmos vitales, cuándo es su mejor tiempo para una u otra actividad, puede ser decisivo para aumentar su bienestar personal, su rendimiento en las diferentes actividades y nuestra relación con ellos.
Elegir los tiempos para organizar la agenda de los niños y las fechas más apropiadas puede hacer la diferencia en que un niño se motive o no para estudiar, aprender, o para funcionar en forma sincronizada con otros.
Sería importante que las autoridades educacionales tomaran en cuenta los ritmos de los niños y especialmente en la adolescencia.