Guy Ritchie está en su escenario preferido y más querido: es Londres y el bajo mundo, según la narración de un personaje particular, Fletcher (Hugh Grant), que tiene algo de bufón y mucho de prestidigitador, porque su propósito es sorprender, vender y cautivar a una audiencia que conoce el material y territorio del director de “Snatch: cerdos y diamantes” (2000), “Revólver” (2005) y “RocknRolla” (2008).
Como director inglés famoso y con estilo propio: montaje fulgurante, ritmo encabritado y un material a la moda, relajado y con aire cínico y violento, Ritchie tuvo su oportunidad en las grandes ligas con un nuevo y exitoso “Sherlock Holmes” (2009) y la secuela del 2011, también un fracaso con “El rey Arturo: la leyenda de la espada” (2017) y un ejercicio de absoluta adaptación para “Aladino” (2019) y el sello familiar de Walt Disney.
En “Los caballeros” filma con el sello y el tono del tal Fletcher, investigador privado y un hombre fisgón, mentirosillo e improbable, que sin embargo arriesga su pellejo de aspecto gastado, y para eso muestra textos y pruebas (hay fotos incluidas) y por todo eso pide dinero a cambio, en realidad bastante dinero, porque son millones y en libras, para mantener el secreto, pero previamente, y para explicar y razonar lo alto precio, debe contar la historia y necesita un whisky en la mano, un cigarrillo entre los labios y alguien que lo escuche.
Ese alguien es Ray (Charlie Hunnam), un interlocutor único, que es el brazo derecho, guardaespaldas y amigo fiel de Mickey Pearson (Matthew McConaughey), norteamericano en Londres y criminal con oficio y varias plantaciones de marihuana, al menos cuatro y la mayoría subterráneas, que significan una cantidad inimaginable, aunque en realidad Mickey la imagina, incluso sueña con ella, hasta piensa en el retiro y en el único eslabón que falta: que alguien le pague lo que pide. Otro hampón occidental, acaso un gángster oriental y da lo mismo.
Entre el cuento de Fletcher y el final del camino, Guy Ritchie despliega un cine con células independientes que comparten paredes en común, donde la pérdida y el extravío con normales.
Digamos que si se confunde Ray, el interlocutor de Fletcher, cómo no se va a perder algún espectador, pero es por un rato y el desconcierto es parte del mapa, porque el cine de Ritchie es así: de trampa, doble fondo y con un poco de arlequín y payaso. Incluso puede ser irritante, pero es así.
Es Londres como una selva, con hombres que se creen leones y dragones, donde las mafias no son de una nacionalidad determinada, solo son mafias. Y por tanto traicioneras y demasiado ambiciosas, así que es fácil terminar congelado, refrigerado, asesinado.
Fletcher lo sabe, pero igual cuenta el cuento. Cree que es bueno y que vale oro, podría ser un libro, acaso un guion y quizás convertirse en película.
“Gentlemen”. EE.UU., 2020. Director: Guy Ritchie. Con: Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Hugh Grant. 113 minutos. Mayores de 14. En cines.