Sería absurdo negar que la mayoría de los padres, de los profesores y también de los niños tienen aprensiones fundadas sobre el inicio de este año escolar y mucha preocupación acerca de cómo se va a desenvolver el 2020. Para muchos estudiantes el término del año anterior fue, por decir lo menos, irregular y bastante abrupto, con muchos ritos de finalización que se suspendieron o se vieron muy simplificados. Todos estos hechos produjeron una sensación de inseguridad y de incertidumbre que sin duda afecta el estado de ánimo de los niños, especialmente de los más sensibles.
En muchos colegios las clases fueron bastante irregulares, y a pesar de las precauciones para proteger a los niños de las escenas de violencia, se generó un clima de ansiedad, que los impactó emocionalmente y afectó el rendimiento académico.
Es posible, y ojalá me equivoque, que este año suceda algo similar, por lo que se hace necesario una alianza familia-escuela para dar a los niños una rutina de aprendizaje que los haga progresar y mantenerse activos, disminuyendo las horas de pantalla. Para los días que tengan que faltar, tenemos que pensar en desarrollar una especie de home schooling con actividades que puedan ser evaluadas.
Las tareas para la casa, aunque siempre se ha planteado que deben ocupar pocas horas, tienen que ser fáciles de realizar y lo más entretenidas posibles para ayudar a que los niños adquieran hábitos de estudios que les permitan aprender en forma autónoma. Aquí la ayuda del aprendizaje en línea y de la lectura son indispensables.
Salley Vickers, en su libro “La bibliotecaria”, presenta a una escritora de cuentos para niños que había sido marcada por una bibliotecaria en su interés por la literatura: “Los niños son los ciudadanos del futuro y aquello con lo que se los alimenta y nutra conformará el destino de nuestro mundo y el destino de nuestro asediado planeta. Tenemos el deber, el deber moral de asegurarnos de que no alimentamos solo el estómago de nuestros niños, sino también su imaginación”.
La lectura mejora significativamente los procesos cognitivos y de aprendizaje. Es indispensable lograr mayores niveles de motivación para que lean. Quizás aumentar el margen de libertad permitiéndoles elegir títulos y temas bajo la supervisión de padres y profesores pueda ser una opción que haga menos difícil para los padres regular ciertos horarios de trabajo.